Pues la verdad creo que es inimaginable lo que puede pasar por la cabeza de alguien cuando de golpe y porrazo, aunque te hayas avisado con tiempo, llegue el día en el que, te echen de tu casa y ésta la echen abajo por cualquiera de las circunstancias, sobre todo cuando has llevado más de una vida en ese Lar, creo que sería como desgarrar tus recuerdos, los allí vivido, tus intimidades, como si de tela pasada se tratara, con el agravante de comenzar de nuevo en otra casa, en otro barrio, o incluso ... (ver texto completo)