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SALINAS DE PISUERGA: ¡Que bellísimas imagenes nos ha regalado Contreras!......

¡Que bellísimas imagenes nos ha regalado Contreras!... ¡Y qué entrañables recuerdos despiertan!... Naturalmente que era por estas fechas, por San Juan y San Pedro con San Pelayo en el medio. Fiesta Patronal en este mágico pueblo de La Montaña Palentina..
¿Recordais aquella valiosa herencia que nos llegó de las generaciones anteriores?... ¿Recordais cómo se fabricaban "LA CHIFLA y el CHIFLITO"?..."LA CHIFLA" más humilde se lograba con un trocito de caña verde de cebada, que se introducia en los labios y, aplastando el extremo interior, emitia un agudo sonido al soplar con fuerza, aunque resultaba un tanto complicado lograr el punto correcto. ¡Encandilaba a la chavalería!.
¿Y EL CHIFLITO?... Este exigia un trabajo más prolongado, se obtenía de las ramas más finas de las mimbres o salces, (tambien servia el chopo) de donde se cortaba, con una navajilla bien afilada, un trozo liso, sin nudo ni yema alguna, de unos diez centímetros y, perfilado perpendicularmente el corte del extremo más delgado, se practicaba otro, anular, como a tres o cuatro centímetros del anterior, atravesando exclusivamente la corteza. (Se trabajaba por el extremo más delgado. Detalle muy importante, que evita se abra el canuto de coteza al extraerlo). Luego se sometía ese tramo a un suave y repetido golpeteo en toda su superficie, con la cacha de la navaja, procurando no dañar la corteza. Los golpes y la abundancia de savia, en primavera y verano, permitian la rápida y limpia extracción del canuto de corteza. (Había una cantinela para acompasar el golpeteo: "suda, suda, cara de mula. Si no sudas hoy, sudarás mañana".)
Se cortaba la madera de un lado, hasta alcanzar el centro o poco más, para preparar la boquilla. En la parte opuesta, se practicaba un corte en V, penetrando parcialmente la madera hasta alcanzar la médula o poco menos. Tambien se trabajaba lijeramente la parte alta de la boquilla, por donde habría de penetrar el aire. Se volvía a colocar la corteza en su lugar, humedeciendo la madera para facilitar la operación y ya teniamos un CHIFLITO, como Dios manda, en disposición de sonar, con mayor o menor intensidad y tono en función de tamaños y cortes. recuerdos despiertan!.