Charo, celebro que ya te encuentres feliz con tu ordenador, soy una persona que me gusta que los demás disfruten, porque como consecuencia, nos hacen disfrutar a los demás.
Si supieras que tengo un portatil, que era de mi hija y me lo regaló desde hace diez meses, está en un cajón, porque la documentación que contenga, solo le corresponde a ella, y es quien debe salvar sus ficheros, por eso yo no lo toco hasta que ella lo formatee.
Los tiempos a los que nos referimos con Emigrao, fueron difíciles para todos, fueron tiempos de hambre y carestía, y en la gran ciudad como la denominas, Charo, había un racionamiento de los alimentos que superaba, creo yo, a los de los pueblos.
Había gente que vendía pan de extraperlo, en las estaciones de tren había vigilancia y miraban si se traían alimentos de fuera, e incluso te los requisaban.
Cuando veíamos y probábamos el pan de los pueblos era como manjar de dioses, y en aquellos tiempos el ir al pueblo con la familia, representaba para nosotros más que hoy ir al extranjero.
No importaba el tiempo que tardáramos en llegar, el caso era ir, y por eso el disfrute era mayor.
Me imagino como hacía tu hermano los balones, serían de papel, forrados de tela y con suerte forrados con alguna badana ó trozo de piel, entonces valía todo, hasta dar patadas a una madera redondeada, un bote, o algo que rodara, nuestra imaginación superaba la realidad, y creo que en plan femenino, también hacíais lo que podíais superando todo lo habido y por haber.
Poco a poco fuimos superando aquello, gracias a Dios, y lo malo es que hemos llegado a una época de inconformismo.
En fin vivamos el presente, y esperemos a ver qué nos depara el futuro.
Por lo pronto Emigrao, tú ya te encuentras bien, y ya ves que los "sabios" del campo llevaban razón; "con pan, jamón y vino....., ¡esos si que son inteligentes!.
Un fuerte abrazo para todos/as.
Eduardo.
Si supieras que tengo un portatil, que era de mi hija y me lo regaló desde hace diez meses, está en un cajón, porque la documentación que contenga, solo le corresponde a ella, y es quien debe salvar sus ficheros, por eso yo no lo toco hasta que ella lo formatee.
Los tiempos a los que nos referimos con Emigrao, fueron difíciles para todos, fueron tiempos de hambre y carestía, y en la gran ciudad como la denominas, Charo, había un racionamiento de los alimentos que superaba, creo yo, a los de los pueblos.
Había gente que vendía pan de extraperlo, en las estaciones de tren había vigilancia y miraban si se traían alimentos de fuera, e incluso te los requisaban.
Cuando veíamos y probábamos el pan de los pueblos era como manjar de dioses, y en aquellos tiempos el ir al pueblo con la familia, representaba para nosotros más que hoy ir al extranjero.
No importaba el tiempo que tardáramos en llegar, el caso era ir, y por eso el disfrute era mayor.
Me imagino como hacía tu hermano los balones, serían de papel, forrados de tela y con suerte forrados con alguna badana ó trozo de piel, entonces valía todo, hasta dar patadas a una madera redondeada, un bote, o algo que rodara, nuestra imaginación superaba la realidad, y creo que en plan femenino, también hacíais lo que podíais superando todo lo habido y por haber.
Poco a poco fuimos superando aquello, gracias a Dios, y lo malo es que hemos llegado a una época de inconformismo.
En fin vivamos el presente, y esperemos a ver qué nos depara el futuro.
Por lo pronto Emigrao, tú ya te encuentras bien, y ya ves que los "sabios" del campo llevaban razón; "con pan, jamón y vino....., ¡esos si que son inteligentes!.
Un fuerte abrazo para todos/as.
Eduardo.