LA
ESPADAñA
Cuánto caudal de tiempo pasa por sus ojos,
Por sus pupilas entreabiertas, que siempre están mirando
Una tras otra, la misma lejanía,
Cuánto caudal de tiempo, unos
ríos larguísimos,
Un flujo inacabable de hojas ateridas y de pájaros muertos,
Un galopar muy lento de
caballos con crines encendidas.
Cuánto caudal, una lengua incesante de instantes repetidos,
Que se va prolongando minuto tras minuto
Y nunca cesa de fluir por las pupilas.
PASCUAL IZQUIERDO(
Sotillo de la Ribera-
Burgos,
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