Algún día
Algún misterioso día húmedo
Me volcaré en mí misma para siempre,
Y no podrá nadie llamarme
Por mi nombre,
Porque seré un encierro de paz,
único y eterno.
Algún día húmedo,
Con el sello infinito de dos palabras:
No volveré.
Y la vida abierta y dolorosa
Bajará rodando por las gradas. ¿No se podría poner una cubierta sencilla que mantenga lo que todavía existe? La nave de la iglesia ya está undida. Los hermosos ventanales de la espadaña parecen mirar asustados tanto desastre y bandonol. ¿Por qué se ha llegado a esta situación? ¿Dónde están los hijos del pueblo que aquí se cobijaron tantas veces? ¿Dónde... Los sacerdotes que aquí reunieron a sus fieles? ¿Dónde.. Los defensores del románico? ¿Dónde...los amantes de nuestro pasado? Los ojos luminosos de la espadaña también nos miran a nosotros por encima de las vigas rotas...