Ahí están al borde del camino
los largos holgazanes,
sin nada que hacer,
volviéndose cada vez más largos.
Ahí están con su cuello rígido
los enormes chopos,
y no parecen hacer nada más
que agitarse con sus hojas.
... ¡Ay mi Canal de Castilla!
¡Ay recuerdos de mi infancia!
Cuanto trabajo y sudor,
cuánto olvido..., cuánto amor.