El ya famoso “morrillo” de Arcadio, con el que aparece en esa
fotografía del equipo campeón en las
fiestas de Herrera del año 1.957, en su nueva ubicación como pieza de
museo en un lugar preferente de mi
casa. Y todo gracias a la generosidad del
amigo Carmelo que, en atención a los lazos de afecto y
amistad que tuvo con mi padre, ambos destacados jugadores de la Chana, recientemente ha tenido el detalle de regalarme esa pieza, de inmenso valor para mi ya que con la misma, con ese “morrillo”, Carmelo y mi padre iniciaron una maratoniana partida de Chana en
San Quirce hace muchos años, cuando yo era un niño, cuya partida fue la última en la que participó mi padre.