Mis sentimientos al verte aquí, al mirar detenidamente esa imagen de tu juventud sacrificada, no los puedo expresar. Son demasiado intensos para definirlos hoy y ahora en frases, con palabras que no soy capaz de encontrar. Hasta resumirlo me sería díficil en estos momentos de emoción. Y más allá de los recuerdos de vivivencias, de anécdotas, de los afectos y el cariño fraternal que nos unió, por encima de ellos, vienen a mi mente esos otros recuerdos, los que conforman la historia de aquella familia a la que ambos pertenecimos en San Quirce, en ese pequeño pueblo castellano que nos vió nacer. Aquella familia grande y numerosa que se desvaneció, que se fue para siempre... Por que la vida es así.
Mi HOMENAJE particular y permanente es lo que quiero dedicarte cada vez que te veo en esta imagen, cargada de tantos valores y especiales recuerdos. Haciéndote presente, sin que importe donde estés. A ti y a todos vosotros que, a pesar de vuestra ausencia, siempre estais a mi lado. Porque seguis siendo parte de mi compañía y testigos de mi vida desde ese más allá lejano. Porque la muerte no es el final mientras yo sea capaz de recordaros.
Mi HOMENAJE particular y pemanente también a ese pequeño y entrañable lugar. A San Quirce del Río Pisuerga, el pueblo en el que se hunden nuestras raíces, cuyas señas de identidad siempre llevé grabadas a sangre y fuego en el ya largo recorrido de mi vida, por diferentes regiones y ciudades de esta España nuestra, en las que siempre he debido sentirme forastero. Porque, de forma indeleble, mi tierra, mi cielo, mi sol y mi alma siempre seguirán estando ahí, en San Quirce.
Mi HOMENAJE particular y permanente es lo que quiero dedicarte cada vez que te veo en esta imagen, cargada de tantos valores y especiales recuerdos. Haciéndote presente, sin que importe donde estés. A ti y a todos vosotros que, a pesar de vuestra ausencia, siempre estais a mi lado. Porque seguis siendo parte de mi compañía y testigos de mi vida desde ese más allá lejano. Porque la muerte no es el final mientras yo sea capaz de recordaros.
Mi HOMENAJE particular y pemanente también a ese pequeño y entrañable lugar. A San Quirce del Río Pisuerga, el pueblo en el que se hunden nuestras raíces, cuyas señas de identidad siempre llevé grabadas a sangre y fuego en el ya largo recorrido de mi vida, por diferentes regiones y ciudades de esta España nuestra, en las que siempre he debido sentirme forastero. Porque, de forma indeleble, mi tierra, mi cielo, mi sol y mi alma siempre seguirán estando ahí, en San Quirce.