SOTOBAÑADO Y PRIORATO (Palencia)

Minino disfrutando en libertad
Foto enviada por Rosa Maria S.

LENGUAJE DEL GATO DOMÉSTICO
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El gato tiene su particular lenguaje, tanto para comunicarse con sus semejantes lo mismo que para hacerse entender por los humanos.
Por ejemplo: las orejas dirigidas hacia delante indican un interés amistoso, Las orejas levantadas y dirigidas hacia atrás indican una amenaza de ataque; en este caso, ladea la cabeza ligeramente y fija su mirada intensamente en el contrario. En el caso de que las doble hacia atrás y los lados está señalando su disposición para la defensa, (miedo). Si este es intenso, además de replegar las orejas, los músculos de las mejillas dirigen los bigotes hacia abajo y hacia la garganta, agitándolos. La disposición de los bigotes en forma de abanico también se encuadran dentro de este grupo de expresiones. Si los tiene hacia los lados y poco extendidos indican tranquilidad, placer, buen humor e incluso indiferencia. Los bigotes extendidos hacia delante y vibrando señalan tensión y actividad inminente. Si están replegados hacia atrás, es señal de timidez y retraimiento.
Las pupilas estrechas expresan tensión, gran interés y amenaza agresiva, y las dilatadas indican miedo, sorpresa y defensa, aunque aquí el problema principal es que la modificación de las pupilas depende de la cantidad de luz ambiental, con lo que es posible que no distingamos bien si el gato está excitado. Aún así, se pueden diferenciar algunas señales básicas. Las pupilas dilatadas indican una emoción creciente o bien que tiene hambre. Por tanto, se agrandan tanto en una situación agradable como en una amenazante.
El bostezo no tiene el mismo significado que en los humanos, sino que indica principalmente que todo va bien y el gato se encuentra tranquilo.
Si un gato dobla las patas de atrás está demostrando inseguridad o miedo, pero si dobla las de delante se está preparando para un ataque. Si dobla las cuatro patas demuestra inseguridad y disposición para defenderse.
Si su cola está recta, indica amistad. Si la eriza señala agresividad. Si la arquea, el gato está a la defensiva. Si la arquea sólo suavemente señala gran interés por el amo, sobre todo cuando le prepara la comida. Si agita la cola al aire fuertemente está en un estado de gran nerviosismo, incluso enfado.
En cuanto al lomo, si el gato redondea la espalda significa que desea ser acariciado, pero si la arquea mucho está muy irritado. Si el gato tiene miedo se le eriza el pelo de todo el cuerpo, pero si está dispuesto a atacar sólo eriza los pelos de la zona media del lomo y la cola. Éste, para impresionar a sus adversarios, eriza todo su pelo para aparentar ser más grande de lo que en realidad es.
Los gatos, además de poseer su propio olor corporal, como todos los mamíferos, poseen una serie de glándulas cutáneas que segregan sustancias aromáticas. En los grupos de gatos estas sustancias aromáticas se comparten entre todos los miembros para establecer la pertenencia al grupo. Para ello se utilizan unas formas de contacto muy características, como el roce de cabezas, de dorsos, frotarse con un poste, pasar el lomo bajo la barbilla de un compañero, etc. Como vemos, estas también son formas de comunicación. De esta manera, los gatos saben si hay algún intruso en el grupo. Esto también ocurre en los gatos domésticos. Nuestros gatos, aunque convivan solos con humanos, tienen la costumbre de impregnar toda la casa y sus habitantes con su olor. Así, cuando caminan por la casa suelen hacerlo rozándose con las esquinas de las paredes, los muebles o las piernas de los humanos. Este comportamiento es muy característico a la hora de prepararle la comida. Tanto en el caso de gatos domésticos como de gatos callejeros, cuando solicitan su comida (bien a su humano o a su madre gata) suelen pegar el flanco contra las piernas del humano o contra el cuerpo de la gata y rodearlos con su cola. De esta manera impregnan con la sustancia olorosa desprendida de la base de su cola a su madre gata o "sustituto humano", demostrando de esta manera su dependencia hacia ellos. Lo mismo se puede decir de los roces de sus cabezas contra la cara, manos o cualquier otra parte del cuerpo de su humano. Es su forma de decirnos que nos aceptan en su grupo, pues una cosa muy curiosa en los gatos es que nos consideran también como gatos. Por tanto, su comunicación gestual con nosotros es idéntica a la que utilizan con sus congéneres. El único rasgo distintivo del lenguaje felino en relación al humano es la utilización del maullido, que sólo usa con éste y no con los demás gatos. ... (ver texto completo)