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SOTOBAÑADO Y PRIORATO: No estarán de queja los vecinos de Sotobañado y Priotato...

No estarán de queja los vecinos de Sotobañado y Priotato de cómo publicitan y orientan a los viajeros hacia su pueblo desde la casi recién inaugurada autovía de Cantabria a la Meseta. Que quede claro que no está en mi ánimo excitar celos entre vecinos, pero vamos: ¡menudo rótulo anuncia Sotobañado!, ¡casi tan grande como el que avisa del desvío a la relativamente próxima Herrera de Pisuerga! Claro que la pregunta también podía ser: ¿Y por qué tenía que ser más pequeño?
La verdad es que esta pequeña población del Boedo palentino bien se lo merece, pues Sotobañado y Priorato viene haciendo desde hace años un esfuerzo ímprobo por mejorar su pueblo y los entornos que le rodean. Y que conste que no escribo esto porque allí uno tenga amigos, como el que ejerce de molinero de fin de semana, el profesor Cesáreo Pérez González, y su esposa, Marina, que junto con el erudito local herrerense Luis Antonio Arroyo publicaban hace un año y medio, avalados por la Institución Tello Téllez de Meneses, que depende de la Diputación de Palencia, el excelente trabajo 'Palencia en los libros de viajes', donde quedan recogidas todas las notas que sobre nuestra provincia escribieron aquellos otros viajeros que nos precedieron.
Y es que nada más entrar en Sotobañado nos llama la atención uno de los parques rurales mejor cuidados de la provincia, pues la que fuera una antigua pradera del pueblo ha pasado a ser, gracias a la canalización del agua de un antiguo cuérnago del río que alimentaba a un viejo molino y batán de lino y mantas, uno de los espacios más atractivos de la villa.
Tejedores y cardadores
Por varios siglos, Sotobañado y Priorato fue núcleo cabecera de esta comarca del Boedo, pues allí hubo una importante industria textil, con tejedores y cardadores que se encargaban de elaborar los paños milenos y blanquetas, que además se vendían en su afamado mercado dominical que se instalaba en su Plaza Mayor, todavía porticada. También en Sotobañado sabemos que hubo una fábrica de harinas y piensos, una posada, un molino del oilo (aceite de linaza), una central eléctrica, una tejera y hasta una fábrica de chocolate. Más a Sotobañado le cabe el honor de haber tenido una de las primeras alcaldesas de España, pues en 1930 salió elegida Amparo Mata Pérez.
De estas cosas y otras me informan en el bar Los Cazadores, de Sotobañado, donde se prestan para una foto algunos vecinos (Jesús Suances, María del Pilar Rodríguez, Alfonso Suances y Argimiro Bravo) y el perrillo 'Viriato', compañero inseparable de Alfonso que también quiso retratarse. Uno de ellos me acompaña a la casa de Araceli Fernández, guardesa de la iglesia, junto con la que me voy a visitarla.
En esta iglesia parroquial de la Asunción veo que se conserva bien protegida, bajo su porche de entrada, una digna portada del románico tardío de cinco arquivoltas apuntadas, así como una pila bautismal, también románica, que está decorada con cuadripétalas enmarcadas en taqueado jaqués y bolas.
También les diré que en el término municipal de Sotobañado se levanta una ermita que se halla dedicada a la Virgen de los Milagros, que se instala sobre un alto próximo, y por último les contaré que la pedanía de Sotillo de Boedo tiene su iglesia dedicada a San Nicolás, que también conserva vestigios románicos, como una portada de cuatro arquivoltas, un original ventanal con capiteles vegetales y algunos canecillos figurados, sobresaliendo entre ellos una bailarina, un monje leyendo un libro y un músico.