Hoy, con éste recurdo que hago de ésta persona, quisiera que fuese un pequeño homenaje, al trabajo de tanta responsabilidad que desempeñó durante tantos años, como la vida le permitió.
Estoy segura, que muchos sotobañadeses (hoy en edad madura) no se han parado a pensar, quién fué la persona que atendió a su madre en el momento del parto en el que él nació.
Un día yo sí tuve esa curiosidad, como és lógico esa pregunta se la hice a mi madre; hoy todo lo que sé es debido a su explicación.
Una vecina del pueblo hacía de comadrona y su sabiduría en tales menesteres, se basaba en la experiencia. Ella se llamaba Victoria, su marido Modesto, él hacía cestos de mimbre y de la venta de éstos vivían. Su casa estaba en la última calle dirección Revilla y paralela a la carretera comarcal o C/. Mayor No lejos de las eras
Su nombre VICTORIA (también sinónimo de vencer, ganar) parece elegido por premonición, nadie en ese momento podía saber que al llegar a una edad adulta, ella decidiría, aliarse con las parturientas para luchar en el vando de la vida contra la muerte.
Sus manos y su regazo fué lo primero que nos acogió, como dándonos la bienvenida al mundo y después de asearnos entregarnos a la madre como broche de final feliz de batalla ganada (cantar victoria).
La vida no tiene precio y ella tampoco lo puso, por realizar éste trabajo recogía la voluntad de la familia de turno.
Querida "Señora" no dudo que en el ocaso de su vida, supiera ganar su última vatalla y entrase "victoriosa" en LA VIDA ETERNA.
Esta frase que no es mia tiene toda la razón: "LA VIDA NO VIENE ENVUELTA CON UN LAZO, PERO NO POR ESO DEJA DE SER UN REGALO"
Estoy segura, que muchos sotobañadeses (hoy en edad madura) no se han parado a pensar, quién fué la persona que atendió a su madre en el momento del parto en el que él nació.
Un día yo sí tuve esa curiosidad, como és lógico esa pregunta se la hice a mi madre; hoy todo lo que sé es debido a su explicación.
Una vecina del pueblo hacía de comadrona y su sabiduría en tales menesteres, se basaba en la experiencia. Ella se llamaba Victoria, su marido Modesto, él hacía cestos de mimbre y de la venta de éstos vivían. Su casa estaba en la última calle dirección Revilla y paralela a la carretera comarcal o C/. Mayor No lejos de las eras
Su nombre VICTORIA (también sinónimo de vencer, ganar) parece elegido por premonición, nadie en ese momento podía saber que al llegar a una edad adulta, ella decidiría, aliarse con las parturientas para luchar en el vando de la vida contra la muerte.
Sus manos y su regazo fué lo primero que nos acogió, como dándonos la bienvenida al mundo y después de asearnos entregarnos a la madre como broche de final feliz de batalla ganada (cantar victoria).
La vida no tiene precio y ella tampoco lo puso, por realizar éste trabajo recogía la voluntad de la familia de turno.
Querida "Señora" no dudo que en el ocaso de su vida, supiera ganar su última vatalla y entrase "victoriosa" en LA VIDA ETERNA.
Esta frase que no es mia tiene toda la razón: "LA VIDA NO VIENE ENVUELTA CON UN LAZO, PERO NO POR ESO DEJA DE SER UN REGALO"