Ayer me acerqué a comprar al Hipercor, (lo tengo muy cerca de casa) buscaba entre las bolsas de ensaladas envasadas una de canónimos; pero me topé antes con las de berros, el peso que contienen cualquiera de ellas era 125g., el precio de los cánonigos 2.35€ y el de los berros 245€. Opté por los berros porque no los encuentras en cualquier super o frutería como los cánonigos y encima más baratos, 1.29€.
Mientras sola disfrutaba comiéndoles, mi pensamiento voló, dió marcha atrás a la máquina del tiempo y por mi mente pasaron las imágenes: Reviviendo cuando mi padre en ésta estación de frío, regresaba de trabajar el campo con buena cantidad de berros. Todos nos poníamos contentos, a todos nos gustaban y sábiamos que en la cena daríamos buena cuenta de ellos. Cuando volví a la realidad, pensé que lo que yo me estaba comiendo, solo tenía en común con aquello el nombre ("berros"). Yo los había adquirido a cambio de 245€ y son de cultivo. Los de mi padre, eran cogidos en alguna fuente o arrollo de aguas limpias que es donde nacen de forma silvestre y por lo tanto con más propiedades alimenticias; con sacrificio después de una jornada laboral. El alboroto de gozo de los suyos le debía compensar; los comíamos amenudo.
Ahora, haciendo uso del argot taurino quiero terminar así: ¡Querido padre! donde quiera que estés; tomando este foro como coso, me quito la montera y con
ella mano en alto brindo: ¡"VA POR USTED"!
Mientras sola disfrutaba comiéndoles, mi pensamiento voló, dió marcha atrás a la máquina del tiempo y por mi mente pasaron las imágenes: Reviviendo cuando mi padre en ésta estación de frío, regresaba de trabajar el campo con buena cantidad de berros. Todos nos poníamos contentos, a todos nos gustaban y sábiamos que en la cena daríamos buena cuenta de ellos. Cuando volví a la realidad, pensé que lo que yo me estaba comiendo, solo tenía en común con aquello el nombre ("berros"). Yo los había adquirido a cambio de 245€ y son de cultivo. Los de mi padre, eran cogidos en alguna fuente o arrollo de aguas limpias que es donde nacen de forma silvestre y por lo tanto con más propiedades alimenticias; con sacrificio después de una jornada laboral. El alboroto de gozo de los suyos le debía compensar; los comíamos amenudo.
Ahora, haciendo uso del argot taurino quiero terminar así: ¡Querido padre! donde quiera que estés; tomando este foro como coso, me quito la montera y con
ella mano en alto brindo: ¡"VA POR USTED"!