ARTÍCULO DIARIO PALENTINO
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El teólogo palentino Juan José Tamayo, recibirá el diploma y la Medalla de Oro de la Liga Española Pro Derechos Humanos por su aportación al diálogo interreligioso. Este reconocimiento ha sido concedido en el Centenario de la Liga Española Pro Derechos Humanos, que fue constituida en 1913 en el Ateneo de Madrid.
Este reconocimiento se entrega al palentino por «su compromiso y trabajo intelectual a favor del diálogo entre las religiones».
Con motivo de la concesión de la medalla, Tamayo ha escrito un texto en el que destaca que «ni el choque de civilizaciones es una ley de la historia, ni las guerras de religiones son una constante en la vida de los pueblos, ni los fundamentalismos pertenecen a la naturaleza de las religiones». Cree que son «construcciones ideológicas del Imperio y de las cúpulas religiosas para mantener su poder sobre el mundo y sobre las conciencias de todos los ciudadanos».
Añade que «las religiones no pueden caer en la trampa que les tiende el Imperio. No pueden seguir siendo fuentes de conflicto entre sí ni seguir legitimando los choques de intereses espurios de las grandes potencias".
Por ello, entre sus conclusiones asegura que «la búsqueda de la (v) Verdad –con mayúscula y con minúscula- es la gran tarea y el gran desafío del diálogo interreligioso». «Las religiones no pueden recluirse en su propio mundo, en la esfera de la privacidad y del culto, como si los problemas de la humanidad no fueran con ellas. Todo lo contrario, han de activar sus mejores tradiciones para contribuir a la construcción de una sociedad intercultural, interreligiosa, interétnica, justa, fraterna y sororal», completa su escrito.
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El teólogo palentino Juan José Tamayo, recibirá el diploma y la Medalla de Oro de la Liga Española Pro Derechos Humanos por su aportación al diálogo interreligioso. Este reconocimiento ha sido concedido en el Centenario de la Liga Española Pro Derechos Humanos, que fue constituida en 1913 en el Ateneo de Madrid.
Este reconocimiento se entrega al palentino por «su compromiso y trabajo intelectual a favor del diálogo entre las religiones».
Con motivo de la concesión de la medalla, Tamayo ha escrito un texto en el que destaca que «ni el choque de civilizaciones es una ley de la historia, ni las guerras de religiones son una constante en la vida de los pueblos, ni los fundamentalismos pertenecen a la naturaleza de las religiones». Cree que son «construcciones ideológicas del Imperio y de las cúpulas religiosas para mantener su poder sobre el mundo y sobre las conciencias de todos los ciudadanos».
Añade que «las religiones no pueden caer en la trampa que les tiende el Imperio. No pueden seguir siendo fuentes de conflicto entre sí ni seguir legitimando los choques de intereses espurios de las grandes potencias".
Por ello, entre sus conclusiones asegura que «la búsqueda de la (v) Verdad –con mayúscula y con minúscula- es la gran tarea y el gran desafío del diálogo interreligioso». «Las religiones no pueden recluirse en su propio mundo, en la esfera de la privacidad y del culto, como si los problemas de la humanidad no fueran con ellas. Todo lo contrario, han de activar sus mejores tradiciones para contribuir a la construcción de una sociedad intercultural, interreligiosa, interétnica, justa, fraterna y sororal», completa su escrito.