El mantón, es una prenda antigua femenina de abrigo, muy usado en Castilla la vieja de la España profunda.
Mayormente en el mundo rural, el vestir, estaba sujeto a tan evidentes motivos como el clima, la costumbre y la idiosincrasia de las gentes, la confección que permitía aplicar las variantes de las modas y la disponibilidad de paños de lana.
El mantón en Sotobañado cuando yo era niña, su uso estaba generalizado en señoras mayores como prenda habitual contra el frío.
El invierno era muy frío y también las tardes de cierzo (viento frío y seco de componente N. O. que se presentaba en cualquier mes del año) ellas se protegían de él tapándose con esta prenda antigua fácil de poner y adaptable a cualquier hechura.
La forma del mantón era cuadrada, aproximadamente dos metros de largo por lado que luego al ponérselo se doblaba y quedaba rectángular, era de lana y siempre de color negro.
Las lanas utilizadas en dicha época son las, de los muchos rebaños existentes en la región y elaborados quizás en talleres propios de la provincia y adquiridos a vendedores ambulantes.
En mi casa había uno de suave tacto, rematado con los cabos de la lana retorcidos en una especie de tirabuzones, pero no recuerdo que mi madre se lo pusiera.
Mayormente en el mundo rural, el vestir, estaba sujeto a tan evidentes motivos como el clima, la costumbre y la idiosincrasia de las gentes, la confección que permitía aplicar las variantes de las modas y la disponibilidad de paños de lana.
El mantón en Sotobañado cuando yo era niña, su uso estaba generalizado en señoras mayores como prenda habitual contra el frío.
El invierno era muy frío y también las tardes de cierzo (viento frío y seco de componente N. O. que se presentaba en cualquier mes del año) ellas se protegían de él tapándose con esta prenda antigua fácil de poner y adaptable a cualquier hechura.
La forma del mantón era cuadrada, aproximadamente dos metros de largo por lado que luego al ponérselo se doblaba y quedaba rectángular, era de lana y siempre de color negro.
Las lanas utilizadas en dicha época son las, de los muchos rebaños existentes en la región y elaborados quizás en talleres propios de la provincia y adquiridos a vendedores ambulantes.
En mi casa había uno de suave tacto, rematado con los cabos de la lana retorcidos en una especie de tirabuzones, pero no recuerdo que mi madre se lo pusiera.