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SOTOBAÑADO Y PRIORATO: ARQUITECTURA PARA LA MUERTE...

ARQUITECTURA PARA LA MUERTE
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El cementerio de Sotobañado, en tiempos no tan lejanos cargados de mucha pobreza y no menos fe; era un recinto rodeado su interior totalmente de altos cipreses, que con su alargada sombra parecía que quisiera proteger a los allí yacentes de todo lo exterior, "la vida". Todos los difuntos eran enterrados en tierra con una sencilla cruz de madera como distintivo; solo recuerdo alguna cruz de hierro forjado y un solo panteón con aspecto de haber caído en el olvido, situado al lado derecho y cerca de la puerta de entrada.
Este como todos los cementerios de la provincia en el mundo rural, modestos sencillos, humildes, y cargados de significado para el pueblo. A los que el paso del tiempo de holgada economía ha dejado huella en ellos, y se quedan pequeños, porque todos quieren tener su particular espacio con arquitectura para la muerte.
Para poder entender el significado de la arquitectura funeraria de nuestros cementerios, de sus fundamentos y de la necesidad de su existencia, es necesario previamente retroceder en el tiempo, mirar el pasado para percatarse de las profundas relaciones existentes entre las distintas formas de enterramiento y la actitud de la sociedad ante la muerte, ya que uno de los rasgos de identidad de cualquier cultura es, precisamente, el modo en que se entierra a sus muertos.
La muerte se define de muchas formas, pero, en cualquier caso siempre inseparable de la existencia "la ausencia de la vida"... por lo que no se puede hablar de muerte sin hablar de la vida. Son dos extremos del ciclo vital.