TRATAR A NUESTRA MEMORIA
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Cada vez que tengas un recuerdo doloroso de tu infancia, viaja por tu memoria y, con la edad que tienes hoy, dile a tu niño@: “Pequeñ@ mí@, no estés triste, no estás sol@. Yo estaba contigo, acompañándote todo el tiempo. Soy tu amig@. Juega conmigo”… Y así agregas a tu infancia cosas que no tenías en tu memoria y la cambias.
Puedes agregar alas invisibles a tu niñ@ y hacerlo volar, darle belleza, darle valores, colorear las calles, llenar su casa de objetos preciosos, hacerl@ conversar con los animales y las plantas, mejorar a sus padres, etc… Y si tú, hoy estás triste, puedes invocarte a ti mism@, cuando serás un/una anciano sabio que te diga: “Querid@, soy tú con cien años más. Ya lo ves, no estás sol@, estoy junto a ti. Tengo una inmensa sabiduría y puedo aconsejarte”.
Si agregas importantes detalles a tu memoria, tal como hace un artista cuando pinta un cuadro o filma una película, puedes cambiarla, agregarle felicidad. Si quieres liberarte del sufrimiento pasado, colorea y enriquece tu memoria. Otórgate lo que no te dieron. Haz lo que no hiciste.
Ahora mismo, elige algún recuerdo doloroso, míralo desde otra edad y dale nuevos aspectos, todos ellos positivos. Por ejemplo, si viste el maltrato o muerte de algun animalito, hazlo integrarse a la tierra, convertirse en abono y dar origen a hermosas flores. Por otra parte, trata de no pensar que el futuro es terrible, e imagina y crea en tu mente un futuro precioso, colorido. “Sí, un día moriré, pero muy agradablemente: mi conciencia, gota divina, regresará al océano divino, que es una tranquilidad y paz eterna.”
Esta técnica de cambiar el pasado, agregando aspectos agradables a mi memoria, la descubrí en la época en que Hollywood comenzó a colorear sus viejas películas filmadas en blanco y negro.
Debemos tratar a nuestra memoria, como si fuera un diamante cubierto de carbón. Vamos a pulirla hasta dejar al descubierto su belleza y luego tallarle facetas para enriquecerla.
Alejandro Jodorowsky.
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Cada vez que tengas un recuerdo doloroso de tu infancia, viaja por tu memoria y, con la edad que tienes hoy, dile a tu niño@: “Pequeñ@ mí@, no estés triste, no estás sol@. Yo estaba contigo, acompañándote todo el tiempo. Soy tu amig@. Juega conmigo”… Y así agregas a tu infancia cosas que no tenías en tu memoria y la cambias.
Puedes agregar alas invisibles a tu niñ@ y hacerlo volar, darle belleza, darle valores, colorear las calles, llenar su casa de objetos preciosos, hacerl@ conversar con los animales y las plantas, mejorar a sus padres, etc… Y si tú, hoy estás triste, puedes invocarte a ti mism@, cuando serás un/una anciano sabio que te diga: “Querid@, soy tú con cien años más. Ya lo ves, no estás sol@, estoy junto a ti. Tengo una inmensa sabiduría y puedo aconsejarte”.
Si agregas importantes detalles a tu memoria, tal como hace un artista cuando pinta un cuadro o filma una película, puedes cambiarla, agregarle felicidad. Si quieres liberarte del sufrimiento pasado, colorea y enriquece tu memoria. Otórgate lo que no te dieron. Haz lo que no hiciste.
Ahora mismo, elige algún recuerdo doloroso, míralo desde otra edad y dale nuevos aspectos, todos ellos positivos. Por ejemplo, si viste el maltrato o muerte de algun animalito, hazlo integrarse a la tierra, convertirse en abono y dar origen a hermosas flores. Por otra parte, trata de no pensar que el futuro es terrible, e imagina y crea en tu mente un futuro precioso, colorido. “Sí, un día moriré, pero muy agradablemente: mi conciencia, gota divina, regresará al océano divino, que es una tranquilidad y paz eterna.”
Esta técnica de cambiar el pasado, agregando aspectos agradables a mi memoria, la descubrí en la época en que Hollywood comenzó a colorear sus viejas películas filmadas en blanco y negro.
Debemos tratar a nuestra memoria, como si fuera un diamante cubierto de carbón. Vamos a pulirla hasta dejar al descubierto su belleza y luego tallarle facetas para enriquecerla.
Alejandro Jodorowsky.