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COMIENDO FRIJOLES
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De historias urbanas...
Hoy por la mañana estaba preparando desayuno y entonces llamé a la señora de limpieza para que desayunara conmigo.
Hice café, huevo con jamón y frijolitos... ella vio su plato y me dijo, ¿frijoles?
-Ni en mi casa!
A lo que yo me voltee sorprendida y le dije pero son frijoles y son muy ricos, es comida y ella me dijo no, ¡no quiero! En cierta forma me molesté por su actitud pero le retiré los frijoles.
Nos sentamos a desayunar y me dice, discúlpame pero hace mucho tiempo solo comía frijoles. Si había pollo solo podía comer los huesos, yo tenía solo 10 años de edad cuando mi madre abandonó a mi padre por que él la golpeaba mucho, yo me quedé al cuidado de mi padre por ser su primera hija (ideas costumbristas).
Después de un tiempo él se tuvo que ir a otro lugar a trabajar y me dejó con unas tías, no se cuanto tiempo pasó yo era pequeña, un día de tantos solo vi que en casa de mis abuelos había mucha gente que lloraba y gritaba.
Yo me quería acercar pero mis tías y abuela me corrían, yo sin chistar me iba a casa de mi tía que estaba cercana, la esperaba en la puerta de la casa y con esa abrumadora oscuridad que se acompañaba del llanto de los monos allá en la selva carcana.
En una de esas le pregunté a mi tía que pasaba o porque lloraban, me dijo - Lárgate por culpa de tu mamá tu papá ¡murió!
Desde entonces ganarme un plato de comida era un gran esfuerzo, solo me daban frijoles, cuando había pollo solo los huesitos y con todo,
era poco.
Mi abuelo aveces a escondidas me daba una pierna de pollo envuelta en un pedazo de hoja de plátano, me decía que me la fuera a comer atrás de la casa.
Por las noches me mandaban a ponerle agua al ganado y a darle de comer, yo aprovechaba para cocer elotes y comerlos en la oscuridad porque me dolía la panza de hambre.
Para ellos yo no valía nada y a los 12 años fui abusada por uno de mis tíos que con amenazas me hizo callar y me embarazó, cuando mis tías se dieron cuenta yo ya tenia 8 meses y la partera dijo que ya no podía darme nada porque mi embarazo ya estaba avanzado.
Tuve a mi niña que tenía una cara de virgen, mi madre al enterarse de ello me fué a buscar recriminándome por lo que pasaba, yo solo callaba, no sabia que decir.
Un día me fui a dormir con mi hijita, no se que sucedió pero al despertar la niña estaba muerta, yo era una niña... no sabia que hacer ni como hacerlo.
Solo recuerdo que se llevaron a mi niña y nunca supe donde quedó.
Cuando tuve oportunidad de escapar de esa gente me prometí a no padecer más, a comer lo que se me antoje, a trabajar para mi y no para los demás...
No son los frijoles... son los malos recuerdos -me dijo-.
Yo atenta la escuché y no tuve palabras para tanto dolor, solo la abracé y le dije: ¡perdón por juzgar!
A veces en el afán de ser justos, lastimamos lo que no conocemos, gracias por darme semejante lección, por compartir tu dolor y experiencia.
¡Dios bendiga a esas mujeres que sufren!
¡Dios bendiga a los niños y hombres abusados!
COMIENDO FRIJOLES.
Escrito por Danela
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De historias urbanas...
Hoy por la mañana estaba preparando desayuno y entonces llamé a la señora de limpieza para que desayunara conmigo.
Hice café, huevo con jamón y frijolitos... ella vio su plato y me dijo, ¿frijoles?
-Ni en mi casa!
A lo que yo me voltee sorprendida y le dije pero son frijoles y son muy ricos, es comida y ella me dijo no, ¡no quiero! En cierta forma me molesté por su actitud pero le retiré los frijoles.
Nos sentamos a desayunar y me dice, discúlpame pero hace mucho tiempo solo comía frijoles. Si había pollo solo podía comer los huesos, yo tenía solo 10 años de edad cuando mi madre abandonó a mi padre por que él la golpeaba mucho, yo me quedé al cuidado de mi padre por ser su primera hija (ideas costumbristas).
Después de un tiempo él se tuvo que ir a otro lugar a trabajar y me dejó con unas tías, no se cuanto tiempo pasó yo era pequeña, un día de tantos solo vi que en casa de mis abuelos había mucha gente que lloraba y gritaba.
Yo me quería acercar pero mis tías y abuela me corrían, yo sin chistar me iba a casa de mi tía que estaba cercana, la esperaba en la puerta de la casa y con esa abrumadora oscuridad que se acompañaba del llanto de los monos allá en la selva carcana.
En una de esas le pregunté a mi tía que pasaba o porque lloraban, me dijo - Lárgate por culpa de tu mamá tu papá ¡murió!
Desde entonces ganarme un plato de comida era un gran esfuerzo, solo me daban frijoles, cuando había pollo solo los huesitos y con todo,
era poco.
Mi abuelo aveces a escondidas me daba una pierna de pollo envuelta en un pedazo de hoja de plátano, me decía que me la fuera a comer atrás de la casa.
Por las noches me mandaban a ponerle agua al ganado y a darle de comer, yo aprovechaba para cocer elotes y comerlos en la oscuridad porque me dolía la panza de hambre.
Para ellos yo no valía nada y a los 12 años fui abusada por uno de mis tíos que con amenazas me hizo callar y me embarazó, cuando mis tías se dieron cuenta yo ya tenia 8 meses y la partera dijo que ya no podía darme nada porque mi embarazo ya estaba avanzado.
Tuve a mi niña que tenía una cara de virgen, mi madre al enterarse de ello me fué a buscar recriminándome por lo que pasaba, yo solo callaba, no sabia que decir.
Un día me fui a dormir con mi hijita, no se que sucedió pero al despertar la niña estaba muerta, yo era una niña... no sabia que hacer ni como hacerlo.
Solo recuerdo que se llevaron a mi niña y nunca supe donde quedó.
Cuando tuve oportunidad de escapar de esa gente me prometí a no padecer más, a comer lo que se me antoje, a trabajar para mi y no para los demás...
No son los frijoles... son los malos recuerdos -me dijo-.
Yo atenta la escuché y no tuve palabras para tanto dolor, solo la abracé y le dije: ¡perdón por juzgar!
A veces en el afán de ser justos, lastimamos lo que no conocemos, gracias por darme semejante lección, por compartir tu dolor y experiencia.
¡Dios bendiga a esas mujeres que sufren!
¡Dios bendiga a los niños y hombres abusados!
COMIENDO FRIJOLES.
Escrito por Danela