EL CONEJO CHARLIE Y SUS AMIGOS
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Más allá de una tierra lejana, en un reino mágico, se encontraba una pequeña casa en medio de un vasto campo. Allí vivía un conejito llamado Charlie, quien permanecía encerrado y solo salía a la superficie en contadas ocasiones, cuando sus amigos venían a buscarlo. Charlie era muy miedoso, temía los posibles peligros que acechaban en el exterior, ya que sus experiencias eran limitadas y enfrentarse al mundo le resultaba sumamente complicado. "Hola, Charlie, vamos a salir", le dijo su mejor amiga Lupita. "No, amiga, saldremos más tarde", respondió Charlie. Lupita se marchó con los demás, dejando a Charlie solo en su casa, sumido en la lectura de algunos cuentos de su abuela Rosita.
El conejo Charlie pasaba su tiempo en su hogar, disfrutando de la lectura de fábulas y observando a través de las ventanas. Con el paso de los días, se acercaba una fecha significativa: su cumpleaños. Lupita, su mejor amiga, junto con otros, estaba organizando una fiesta sorpresa para él. Todos estaban ocupados con los preparativos y pronto lo sorprenderían. Charlie no podía imaginar que sus amigos estaban planeando algo tan especial. Lupita se adentró en el bosque para recolectar hojas y ramas con el fin de crear un muñeco. Los demás también tenían regalos únicos para él. Este sería el primer cumpleaños que Charlie celebraría, ya que nunca antes había tenido una fiesta.
Cuando finalmente llegó el tan ansiado día, el martes 1 de octubre, Lupita y sus amigos decidieron ir a visitarlo. Al llegar, Lupita tomó la iniciativa de abrir la puerta, ya que casi nunca estaba asegurada. "Cierra los ojos, Charlie", exclamó Lupita. Charlie, obediente, cerró los ojos y, al salir de la casa, fue recibido por un estruendo de voces que gritaban: " ¡Felicidades, felicidades, feliz cumpleaños!". En ese instante, Charlie experimentó una profunda emoción y agradeció a sus amigos por tan maravillosa sorpresa. Por primera vez, Charlie se aventuró lejos de su hogar, explorando el bosque y otros lugares hermosos. Ese día, junto a sus amigos, se dio cuenta de la belleza de la vida y aprendió a disfrutarla, dejando de lado la tendencia a esperar lo peor de los demás. Así, Charlie, Lupita y los demás celebraron con gran alegría, rodeados de una felicidad total.
Autor: Emmanuel Emilio montero
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Más allá de una tierra lejana, en un reino mágico, se encontraba una pequeña casa en medio de un vasto campo. Allí vivía un conejito llamado Charlie, quien permanecía encerrado y solo salía a la superficie en contadas ocasiones, cuando sus amigos venían a buscarlo. Charlie era muy miedoso, temía los posibles peligros que acechaban en el exterior, ya que sus experiencias eran limitadas y enfrentarse al mundo le resultaba sumamente complicado. "Hola, Charlie, vamos a salir", le dijo su mejor amiga Lupita. "No, amiga, saldremos más tarde", respondió Charlie. Lupita se marchó con los demás, dejando a Charlie solo en su casa, sumido en la lectura de algunos cuentos de su abuela Rosita.
El conejo Charlie pasaba su tiempo en su hogar, disfrutando de la lectura de fábulas y observando a través de las ventanas. Con el paso de los días, se acercaba una fecha significativa: su cumpleaños. Lupita, su mejor amiga, junto con otros, estaba organizando una fiesta sorpresa para él. Todos estaban ocupados con los preparativos y pronto lo sorprenderían. Charlie no podía imaginar que sus amigos estaban planeando algo tan especial. Lupita se adentró en el bosque para recolectar hojas y ramas con el fin de crear un muñeco. Los demás también tenían regalos únicos para él. Este sería el primer cumpleaños que Charlie celebraría, ya que nunca antes había tenido una fiesta.
Cuando finalmente llegó el tan ansiado día, el martes 1 de octubre, Lupita y sus amigos decidieron ir a visitarlo. Al llegar, Lupita tomó la iniciativa de abrir la puerta, ya que casi nunca estaba asegurada. "Cierra los ojos, Charlie", exclamó Lupita. Charlie, obediente, cerró los ojos y, al salir de la casa, fue recibido por un estruendo de voces que gritaban: " ¡Felicidades, felicidades, feliz cumpleaños!". En ese instante, Charlie experimentó una profunda emoción y agradeció a sus amigos por tan maravillosa sorpresa. Por primera vez, Charlie se aventuró lejos de su hogar, explorando el bosque y otros lugares hermosos. Ese día, junto a sus amigos, se dio cuenta de la belleza de la vida y aprendió a disfrutarla, dejando de lado la tendencia a esperar lo peor de los demás. Así, Charlie, Lupita y los demás celebraron con gran alegría, rodeados de una felicidad total.
Autor: Emmanuel Emilio montero