Diez
retablos barrocos en madera dorados, adornan el interior del templo.
De estilo barroco, realizado por Tomás Prieto y dorado por Francisco de Zorrilla. Consta de banco, un solo cuerpo, tres
calles y un gran ático. El banco o predela está decorado con cuatro relieves barrocos con escenas de la Pasión. En las calles laterales hay cuatro
esculturas de
santos jesuitas. En la
calle central y en lugar preferente hay un
Calvario del siglo XVI, anónimo, de buena talla y ricamente policromado y estofado. El fondo es un
paisaje pintado. Más arriba se ve un medallón barroco con la escena de la oración en el
huerto. En el ático se destaca la
escultura de
san Rafael, en
hornacina, con los atributos del pez, bordón de peregrino y conchas jacobeas.