Tras la reconquista de este territorio a finales del siglo IX, se repuebla el lugar. En el año 917 ya aparece mencionado su
castillo, servía de apoyo a la cercana fortaleza de
Dueñas para controlar el paso por el
valle del Pisuerga. En 1127, figura como señor de Tariego el conde Pedro González de Lara. Más tarde, es uno de los varios
castillos entregados en arras a Doña Leonor por Alfonso VIII.
A finales del primer tercio del siglo XV, 1430, el rey Juan II otorga a Pedro de Acuña, primer conde de Buendía, el señorío de Tariego y la villa de Dueñas. A cambio el concejo de
Palencia recibe la localidad de Paredes de
Monte. Estando en poder de la
familia Acuña es conquistado, en 1521, por las fuerzas comuneras en la Guerra de las Comunidades de Castilla. A mediados del siglo XVI continuaba en poder de los Buendía. En 1591 cuenta con 81 vecinos pecheros en la localidad.
Con el nombre de "Tariego de Riopisuerga" aparece en la documentación de 1751, figurando como señorío de los duques de Medinacelli.
Durante la Guerra de la Independencia, la villa fue atacada en varias ocasiones por las tropas francesas acantonadas en la zona al considerar que servía de apoyo a los guerrilleros que asaltaban los convoyes de suministros del
camino Real a
Burgos.
Durante la segunda guerra carlista, se levantó una
torre para telégrafo óptico. Inicialmente se empezó a construir en el emplazamiento del castillo, aunque después se cambió a su ubicación actual, en la cuesta de la Butrera, al ser un punto más elevado que el primero. Formaba parte de una de las líneas telegráficas concebidas para permitir comunicar las provincias vascas con
Madrid, transmitiendo, mediante
señales ópticas, noticias sobre el desarrollo de la guerra. Fueron levantadas, manejadas y controladas por el
ejército isabelino.