En la zona norte de la localidad y separadas unos cientos de metros de
Torquemada se excavaron galerías subterràneas independientes que sirvieron y sirven para almacenar las cosechas de vino y realizar todo el proceso de descarga, prensado y reposo del mosto hasta su posterior consumo. Disponen de entrada para descarga, zona de elaboración y almacenaje, también tienen
pozo con
agua y
chimeneas de ventilación al exterior. El acceso es a través de una
puerta gruesa de madera o hierro, que permite a través de unos huecos verticales tanto la circulación de aire como el acceso a a cerradura que está en la cara interior de la puerta. En muchos casos se ha construído un cuarto de entrada de varios metros cuadrados donde se enciende la chimemea y se disfruta de la
comida, merienda o cena según la hora a a que se vaya, manteniendo en la parte baja a unos 6 u 8 metros de profundidad el vino a una temperatura constante y fresca todo el año.