Yo creo que el poeta Zorrila generalizó en las gentes de Torquemada los muchos enfrentamientos y desacuerdos que tuvo con su padre, natural de esta villa.
Zorrilla, después de reprobar sus cursos académicos, huyó de la casa paterna a los 20 años, refugiándose en Madrid, donde se inició en su hacer literario frecuentando los ambientes artísticos y bohemios.
A los 23 años, José Zorrilla se casó con Florentina O'Reilly, una viuda 16 años mayor que él y con un hijo. No fue el dinero el motivo de la boda, pues estaba arruinada. Aparte de la diferencia de edades, varias causas concurrieron a hacer infeliz el matrimonio: la antipatía del hijo hacia el intruso, las riñas entre mujer y suegra y la desaprobación del padre del joven escritor.
En 1845 murió su madre, dejándole una profunda melancolía.
La muerte de su padre causó un duro golpe a José Zorrilla, ya que nunca tuvieron buenas relaciones. Hombre despótico y severo, rechazó sistemáticamente el cariño de su hijo, negándose a perdonarle sus errores juveniles, como la huida y la boda, dejando un enorme peso en su conciencia. Por otro lado, le legó considerables deudas.
Desde entonces, el escritor cargó siempre consigo una especie de complejo de culpa y para superarla decidió defender en su creación un ideal tradicionalista, muy de acuerdo con el sentir paterno. En sus memorias escribió: "Mi padre no había estimado en nada mis versos, ni mi conducta, cuya clave él sólo tenía".
Zorrilla, después de reprobar sus cursos académicos, huyó de la casa paterna a los 20 años, refugiándose en Madrid, donde se inició en su hacer literario frecuentando los ambientes artísticos y bohemios.
A los 23 años, José Zorrilla se casó con Florentina O'Reilly, una viuda 16 años mayor que él y con un hijo. No fue el dinero el motivo de la boda, pues estaba arruinada. Aparte de la diferencia de edades, varias causas concurrieron a hacer infeliz el matrimonio: la antipatía del hijo hacia el intruso, las riñas entre mujer y suegra y la desaprobación del padre del joven escritor.
En 1845 murió su madre, dejándole una profunda melancolía.
La muerte de su padre causó un duro golpe a José Zorrilla, ya que nunca tuvieron buenas relaciones. Hombre despótico y severo, rechazó sistemáticamente el cariño de su hijo, negándose a perdonarle sus errores juveniles, como la huida y la boda, dejando un enorme peso en su conciencia. Por otro lado, le legó considerables deudas.
Desde entonces, el escritor cargó siempre consigo una especie de complejo de culpa y para superarla decidió defender en su creación un ideal tradicionalista, muy de acuerdo con el sentir paterno. En sus memorias escribió: "Mi padre no había estimado en nada mis versos, ni mi conducta, cuya clave él sólo tenía".