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TORRE DE LOS MOLINOS: Los días ya quedan lejos y evoco un viaje que fue retorno...

Los días ya quedan lejos y evoco un viaje que fue retorno a mi niñez, a las casas de adobe. Una llamada de la tierra que me reconcilió conmigo mismo: la inocencia perdida. Por la tierra de campos. Conducía mi mujer asombrada de la lejanía y la profundidad de ese inmenso horizonte, de la inquietante placidez de las llanuras. Ha sido Díaz Caneja el genio que mejor ha pintado estas tierras: un inmenso cuadro suyo.

Palencia, Villoldo, Torre de los Molinos. Y un bautizo del que me habían pedido que fuera padrino. Los viejos confites, los caramelos artesanos, las peladillas y las monedas, todo revuelto en una cesta; las campanas ya repican a Gloria y niños y mayores se arremolinan ante los padrinos que, a puñados, arrojan al aire la confitería.

A la tarde, retorno al camino de Santiago, a un tramo especialmente significativo de la Ruta Jacobea: Carrión de los Condes, Villasirga, Frómista, en orden a la proximidad a Torre de los Molinos.