Es un
pueblo muy bonito y de momento sin explorar demasiado, con lo que le hace encantador.
En el
hostal los que lo regenta son muy amables y atentos, las habitaciones muy amplias y limpias, más que un hostal podríamos decir que es un
hotel, porque el servicio, las instalaciones, y sobre todo la
comida está muy bien y a un precio asequible.
Quienes lo regenta Ana y Chencho son adorables y por supuesto que no te quedes con hambre.
les doy un sobresaliente.
Volveremos al año que viene si no hay
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