HISTORIA DE VALDECAÑAS DE CERRATO - EDAD MODERNA
En 1675, Valdecañas era señorío del Almirante de Castilla, Enriquez, señor de Palenzuela, y contaba con 50 vecinos. Por entonces la villa, poseía cinco templos. La Iglesia Parroquial de San Nicolás de Bari y las ermitas de Ntra. Sra. la Virgen del Campo, San Lorenzo, Santa Ana y La Magdalena. También existía un Hospital, con dos camas, cuyos gastos eran sufragados por el Concejo. Cursó en este año visita el Obispo, que participaba en el octavo de los diezmos.
En 1702, las ermitas de La Magdalena y la de Santa María de Cañuelas, se hallaban en ruinas y la población era de 36 vecinos.
En 1752, cuando se llamaba Baldecanas de Arriva, era villa de señorío del Partido de Palenzuela en la provincia de Valladolid, con alcaldes ordinarios.
Sobre la pertenencia de dicho señorío había pleito pendiente entre la Duquesa de Alba y la Condesa de Benavente. Por los señores del Real Consejo, le había sido encargada la administración de la villa, quien percibía de la misma, por razón de alcabalas, solamente dos cántaros de miel y 300 maravedíes en dinero. Además pagaban en las «Reales Arcas de Valladolid», 144 reales por esta razón. Las autoridades civiles de la villa eran Gaspar Martín y Andrés Belasco, Alcaldes Ordinarios. La autoridad eclesiástica de la villa era Manuel Prieto Martín, cura de la iglesia parroquial de San Nicolás de Bari y el pueblo contaba por entonces con 66 vecinos, 86 casas habitables y 3 arruinadas que no pagaban al dueño tributo alguno. El término de la villa comprendía 2.500 «obradas» de terreno. Los ingresos anuales que ésta percibía por los bienes propios del Común, ascendían a 509 reales.
Había también un molino harinero que pertenecía a Pedro Montoya —residente en San Cebrián de Buena Madre— y 28 colmenas diseminadas por el campo. Los ingresos anuales que percibía la villa por los bienes del Común, ascendían a 509 reales.
En 1779, pertenecía al Partido de Palenzuela de la Provincia de Valladolid, situado entre las provincias de Palencia y Burgos.
En 1783, una gran epidemia que se produjo por las aguas estancadas después de una inundación ocasionada por el desbordamiento de sus dos arroyos, diezmó la población del pueblo a 30 vecinos de los 110 con los que contaba. El Arzobispo de Burgos, Arellano, intervino para remediar en lo posible dicha calamidad pública[13].
Por esta época se produjo otro hecho luctuoso, un rayo caído en el municipio, mató a varios niños que se encontraban juntos, los supervivientes se refugiaron en la iglesia.
En 1785, Val de Cañas era villa de señorío secular del Partido de Palenzuela en la Provincia de Valladolid, con Alcalde Pedáneo.
Como se puede comprobar por los datos enunciados, las familias que tradicionalmente han tenido su señorío e importancia a lo largo de cientos de años en la comarca cerrateña, que incluye Valdecañas de Cerrato, han sido pocas y con una estrecha relación en muchos casos, familiar, de casamiento o unión de conveniencia.
Lo que está también demostrado, es la importancia que tenían en sus respectivas épocas estos linajes, los Sandoval, los Castañeda, los Sarmiento, los Pimentel, los Zúñiga, los Velasco, los Alba, los Lara y los Vizcaya, que contaron entre sus propiedades y heredades, a un pueblo con historia... Valdecañas de Cerrato.
En 1675, Valdecañas era señorío del Almirante de Castilla, Enriquez, señor de Palenzuela, y contaba con 50 vecinos. Por entonces la villa, poseía cinco templos. La Iglesia Parroquial de San Nicolás de Bari y las ermitas de Ntra. Sra. la Virgen del Campo, San Lorenzo, Santa Ana y La Magdalena. También existía un Hospital, con dos camas, cuyos gastos eran sufragados por el Concejo. Cursó en este año visita el Obispo, que participaba en el octavo de los diezmos.
En 1702, las ermitas de La Magdalena y la de Santa María de Cañuelas, se hallaban en ruinas y la población era de 36 vecinos.
En 1752, cuando se llamaba Baldecanas de Arriva, era villa de señorío del Partido de Palenzuela en la provincia de Valladolid, con alcaldes ordinarios.
Sobre la pertenencia de dicho señorío había pleito pendiente entre la Duquesa de Alba y la Condesa de Benavente. Por los señores del Real Consejo, le había sido encargada la administración de la villa, quien percibía de la misma, por razón de alcabalas, solamente dos cántaros de miel y 300 maravedíes en dinero. Además pagaban en las «Reales Arcas de Valladolid», 144 reales por esta razón. Las autoridades civiles de la villa eran Gaspar Martín y Andrés Belasco, Alcaldes Ordinarios. La autoridad eclesiástica de la villa era Manuel Prieto Martín, cura de la iglesia parroquial de San Nicolás de Bari y el pueblo contaba por entonces con 66 vecinos, 86 casas habitables y 3 arruinadas que no pagaban al dueño tributo alguno. El término de la villa comprendía 2.500 «obradas» de terreno. Los ingresos anuales que ésta percibía por los bienes propios del Común, ascendían a 509 reales.
Había también un molino harinero que pertenecía a Pedro Montoya —residente en San Cebrián de Buena Madre— y 28 colmenas diseminadas por el campo. Los ingresos anuales que percibía la villa por los bienes del Común, ascendían a 509 reales.
En 1779, pertenecía al Partido de Palenzuela de la Provincia de Valladolid, situado entre las provincias de Palencia y Burgos.
En 1783, una gran epidemia que se produjo por las aguas estancadas después de una inundación ocasionada por el desbordamiento de sus dos arroyos, diezmó la población del pueblo a 30 vecinos de los 110 con los que contaba. El Arzobispo de Burgos, Arellano, intervino para remediar en lo posible dicha calamidad pública[13].
Por esta época se produjo otro hecho luctuoso, un rayo caído en el municipio, mató a varios niños que se encontraban juntos, los supervivientes se refugiaron en la iglesia.
En 1785, Val de Cañas era villa de señorío secular del Partido de Palenzuela en la Provincia de Valladolid, con Alcalde Pedáneo.
Como se puede comprobar por los datos enunciados, las familias que tradicionalmente han tenido su señorío e importancia a lo largo de cientos de años en la comarca cerrateña, que incluye Valdecañas de Cerrato, han sido pocas y con una estrecha relación en muchos casos, familiar, de casamiento o unión de conveniencia.
Lo que está también demostrado, es la importancia que tenían en sus respectivas épocas estos linajes, los Sandoval, los Castañeda, los Sarmiento, los Pimentel, los Zúñiga, los Velasco, los Alba, los Lara y los Vizcaya, que contaron entre sus propiedades y heredades, a un pueblo con historia... Valdecañas de Cerrato.