FIESTAS VALDECAÑAS DE CERRATO
Una vuelta a las raíces
Los vecinos festejan a la Virgen del Campo con bailes tradicionales y un reparto de caramelos muy concurrido
14.09.09 -
LUIS ANTONIO CURIEL
| VALDECAÑAS DE CERRATO
Pablo Martínez repartió más de cincuenta kilos de caramelos./ L. A. C.
El grupo infantil La Cobata baila ante la patrona. /LUIS A. CURIEL
Un homenaje a Segunda Sardón sirvió para reconocer la labor de los mayores
Los vecinos de Valdecañas de Cerrato, pedanía de Baltanás, han celebrado las fiestas en honor a la Virgen del Campo con un amplio programa de actos. Los actos religiosos comenzaron con la novena a la Virgen del Campo, concluyendo con una misa en la ermita cantada por el coro de Quintana del Puente.
Este año, se ha rehabilitado el tejado del santuario con una partida de 10.000 euros. El sacerdote agradeció a los vecinos su colaboración a favor de esta importante obra.
Uno de los momentos más emocionantes de la fiesta es el de la procesión con la imagen de la patrona, una talla románica del siglo XIII. Numerosos vecinos acompañaron a la imagen mariana al son de dulzaina y acompañados por los grupos de danzas La Cobata de Baltanás. Esta procesión se caracteriza por la espontaneidad de los vecinos, que danzan en honor a la Virgen.
La danza más original es la que se baila hacia atrás para, acto seguido y al grito de ' ¡a por la Virgen!', acercarse a los pies de Nuestra Señora del Campo. El canto de la Salve cerró las celebraciones religiosas.
Desde hace varios años, a esta tradición se ha unido la popular caramelada gracias a la generosidad de Pablo Martínez, un hijo del pueblo que reside en Madrid. Al finalizar la procesión y las danzas, numerosos fieles se congregan entorno a la ermita para recoger los caramelos y otros dulces que reparte Martínez. Todos van preparados con bolsas para hacerse con el botín, en el que se lanzan más de cincuenta kilos de dulces entre los vecinos. Los caramelos más originales son los que vienen serigrafiados con el mapa de la comarca y en los que califican la localidad de Valdecañas como 'la costa del Cerrato'.
«Llevo varios años repartiendo caramelos y dulces entre mis vecinos como muestra del cariño que siento hacia mis paisanos, pero especialmente como reflejo del amor hacia la Virgen del Campo», manifiesta Pablo Martínez, promotor del reparto de los caramelos.
La junta vecinal de Valdecañas y las dos peñas -El bodegón y El botijo- son las encargadas de organizar los festejos. Esta última peña se formó el pasado año y cuenta con un nutrido grupo de jóvenes que ponen su nota de color a la fiesta. En el caso de El Bodegón lleva varios años funcionando y organiza numerosas actividades. La colaboración es muy positiva y estamos mejorando las fiestas y la calidad de vida de los vecinos», señala el alcalde pedáneo, Abrahám San Millán.
Con motivo de las celebraciones, los valdecañeses rindieron homenaje a Segunda Sardón López, en representación de los mayores.
Una vuelta a las raíces
Los vecinos festejan a la Virgen del Campo con bailes tradicionales y un reparto de caramelos muy concurrido
14.09.09 -
LUIS ANTONIO CURIEL
| VALDECAÑAS DE CERRATO
Pablo Martínez repartió más de cincuenta kilos de caramelos./ L. A. C.
El grupo infantil La Cobata baila ante la patrona. /LUIS A. CURIEL
Un homenaje a Segunda Sardón sirvió para reconocer la labor de los mayores
Los vecinos de Valdecañas de Cerrato, pedanía de Baltanás, han celebrado las fiestas en honor a la Virgen del Campo con un amplio programa de actos. Los actos religiosos comenzaron con la novena a la Virgen del Campo, concluyendo con una misa en la ermita cantada por el coro de Quintana del Puente.
Este año, se ha rehabilitado el tejado del santuario con una partida de 10.000 euros. El sacerdote agradeció a los vecinos su colaboración a favor de esta importante obra.
Uno de los momentos más emocionantes de la fiesta es el de la procesión con la imagen de la patrona, una talla románica del siglo XIII. Numerosos vecinos acompañaron a la imagen mariana al son de dulzaina y acompañados por los grupos de danzas La Cobata de Baltanás. Esta procesión se caracteriza por la espontaneidad de los vecinos, que danzan en honor a la Virgen.
La danza más original es la que se baila hacia atrás para, acto seguido y al grito de ' ¡a por la Virgen!', acercarse a los pies de Nuestra Señora del Campo. El canto de la Salve cerró las celebraciones religiosas.
Desde hace varios años, a esta tradición se ha unido la popular caramelada gracias a la generosidad de Pablo Martínez, un hijo del pueblo que reside en Madrid. Al finalizar la procesión y las danzas, numerosos fieles se congregan entorno a la ermita para recoger los caramelos y otros dulces que reparte Martínez. Todos van preparados con bolsas para hacerse con el botín, en el que se lanzan más de cincuenta kilos de dulces entre los vecinos. Los caramelos más originales son los que vienen serigrafiados con el mapa de la comarca y en los que califican la localidad de Valdecañas como 'la costa del Cerrato'.
«Llevo varios años repartiendo caramelos y dulces entre mis vecinos como muestra del cariño que siento hacia mis paisanos, pero especialmente como reflejo del amor hacia la Virgen del Campo», manifiesta Pablo Martínez, promotor del reparto de los caramelos.
La junta vecinal de Valdecañas y las dos peñas -El bodegón y El botijo- son las encargadas de organizar los festejos. Esta última peña se formó el pasado año y cuenta con un nutrido grupo de jóvenes que ponen su nota de color a la fiesta. En el caso de El Bodegón lleva varios años funcionando y organiza numerosas actividades. La colaboración es muy positiva y estamos mejorando las fiestas y la calidad de vida de los vecinos», señala el alcalde pedáneo, Abrahám San Millán.
Con motivo de las celebraciones, los valdecañeses rindieron homenaje a Segunda Sardón López, en representación de los mayores.