En aquel momento, la empresa minera se comprometió a analizar la situación del templo y a plantear alguna solución. A día de hoy, lo único que hay es un
cartel en la
puerta con el que la compañia informa de las deficiencias en la estructura del
edificio y se desentiende de los daños que puedan sufrir las personas que vulneran la prohibición de entrada al edificio.
Mientras tanto, los vecinos de
Vallejo siguen demnadando la reparación del inmueble que, cada vez más rapido, camina hacia la desaparicion.
Escombro,
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