Estamos en otoño. Los días maravillosos se suceden. Esta tarde nos encontrarnos mi esposa y yo en la Virgen del Brezo. La sombra envuelve el Santuario y la soledad es total. El aíre es tibio y dorado, el ambiente llena el ánimo de nostalgias. Sin prisas marchamos por un camino, que primero sube áspero y luego se allana. Vamos viviendo gota a gota la hermosura de la tarde. El camino va sin apresurarse a media ladera, por la falda de la...