La coruja, ¿dices? anterior comunicante. Claro que se la vio rondar la torre de la iglesia en más de una ocasión, sobre todo la veíamos cuando subíamos a tocar las campanas en la fiesta del pueblo, cuando se enrramaban las puertas de las casas antes de que pasara la procesión con el santo, precedidos por el encargado de tirar los cohetes anunciando la misma, y las campanas toca que te toca, anunciando la alegría de la fiesta. Más de un susto nos dio la bicha y más de una pluma dejó en su huída; si lo sabré yo, que un día me la encontré de cara y me quedé helado en el sitio. Claro que era tan solo un niño, bueno un chavalillo apenas. Dichosa coruja, que más de una vez nos trajo a mal traer. Pero esa sería otra historia que requeriría mucho más tiempo y mucho más espacio para ser contada; quizá algún día...