Qué cosas pasan y qué casualidades se dan de pronto. Porque quién me iba a decir a mí que un buen día, pasado el tiempo, bastante tiempo, fuera a encontrarme, aunque fuese sólo en la distancia y a través de la red de redes, con alguien cuya madre, caritativa por encima de todo, un día de aquel entonces, poniendo en juego todo el arte de que era capaz, me colocara ni más ni menos que toda una “banderilla” en sálvese la parte, atendiendo seguramente a un requerimiento del médico de la localidad (en este caso Quintanilla de O.) para prevenir o curar cualquier dolencia de aquellos años. ¡Increíble! La memoria no me alcanza del todo hasta aquellos años de feliz niñez, desde luego, pero puede ser que algún recuerdo tenga de aquel entonces, si no en mi caso, sí en el de otros chavales o chavalas del pueblo. No sé si esta referencia será cierta, pero alguna imagen guardo aún al respecto. Otro tema: Sí que me acuerdo de tus tías, sobre todo de Araceli que creo estuvo en el pueblo todo el tiempo, creo recordar también a Dori; y de tu madre sí me acuerdo que no vivía allí y que iba de vez en cuando. De tus tíos, o sea los hermanos de tu madre tengo alguna referencia vaga, quizá más de Miguel Angel, pero muy muy lejana. Aunque al leer Manín, algo me suena también. Pero, en fin, hace unos cuantos años ya, era demasiado niño y ellos eran mayores que yo y todo se diluye con el tiempo. De que seamos familia lejana, pues no te sabría decir. Mis padres faltan ya de mi lado, no tengo ningún familiar en el pueblo y sólo tengo una hermana que vive también aquí en Palencia, a la que preguntaré desde luego.
En fin, lo que se dice siempre en estos casos y otros parecidos, que “este mundo es un pañuelo.” Seguiremos en contacto. Saludos. Javier.
En fin, lo que se dice siempre en estos casos y otros parecidos, que “este mundo es un pañuelo.” Seguiremos en contacto. Saludos. Javier.