Ya estamos deseando que llegue cuanto antes la Primavera (en el calendario ya le quedan apenas unos días), tras este invierno tan largo y de tantas inclemencias meteorológicas como hemos tenido. Pronto volverán a producirse en nuestros campos un año más los cortejos nupciales de las colonias de pájaros que en ellos habitan (por aquello de: marzo nidarzo, abril güevil y mayo pajarayo) y volverán a oírse sus trinos y cantos por llanos, montes y laderas, como una nueva explosión de vida. También, a la par, volverán al pueblo para abrir sus casas tras el invierno, algunos de los habitantes de Velillas que un día se fueron pero que, no queriendo perder sus raíces del lugar, construyeron su casa en el pueblo y ahora, con la Primavera y el Verano (así con mayúscula) y presagiando el buen tiempo, volverán a poblar sus calles y plazas. Que esta pequeña ceremonia se repita muchos años. Saludos. Javier.