El Carnaval en Velillas
Ahora que andamos metidos de lleno en tiempos de Carnaval y que cada pueblo saca a relucir sus más antiguas y mejores tradiciones en este aspecto y las airea por doquier, pues resulta que Velillas, nuestro querido pueblo, tenía también su “Martes de Carnaval” particular. Os acordáis de él algunos de vosotros?.
Bueno, pues se trataba en esencia de que alguno del grupo de jóvenes del pueblo se disfrazaba con ropas viejas y en desuso, cuanto más viejas y más ajadas mejor, puesto que de lo que se trataba en esencia era de que nadie le conociera (era la figura del “Chiborra”, os acordáis ahora un poquito?); y junto con el resto de jóvenes del pueblo iba de casa en casa a pedir los condimentos necesarios para luego hacer una gran cena en alguna de las casas. Se pedían básicamente: huevos, patatas, pan, chorizo, bebida…. Y luego, una vez obtenidas las viandas, se buscaba una casa donde cocinarlo y dar buena cuenta de ello, todo ello entre bromas y risas y cantos hasta bien entrada la madrugada. Y el chiborra presidiendo el “banquete” y siendo objeto de alguna que otra mofa o burla venidas a cuento o sin venir. Y esta es, en esencia, la tradición que recuerdo de nuestro pueblo hacia los años 60-70, para celebrar el Carnaval. Y todo al abrigo y al cobijo de las casas y de la impresionante mole de nuestra Iglesia y su esbelta torre.
Pero los más pequeños, los chavales del pueblo, teníamos también nuestro Carnaval particular, que os contaré a continuación y con alguna que otra anécdota bastante graciosa en alguno de los años.
Ahora que andamos metidos de lleno en tiempos de Carnaval y que cada pueblo saca a relucir sus más antiguas y mejores tradiciones en este aspecto y las airea por doquier, pues resulta que Velillas, nuestro querido pueblo, tenía también su “Martes de Carnaval” particular. Os acordáis de él algunos de vosotros?.
Bueno, pues se trataba en esencia de que alguno del grupo de jóvenes del pueblo se disfrazaba con ropas viejas y en desuso, cuanto más viejas y más ajadas mejor, puesto que de lo que se trataba en esencia era de que nadie le conociera (era la figura del “Chiborra”, os acordáis ahora un poquito?); y junto con el resto de jóvenes del pueblo iba de casa en casa a pedir los condimentos necesarios para luego hacer una gran cena en alguna de las casas. Se pedían básicamente: huevos, patatas, pan, chorizo, bebida…. Y luego, una vez obtenidas las viandas, se buscaba una casa donde cocinarlo y dar buena cuenta de ello, todo ello entre bromas y risas y cantos hasta bien entrada la madrugada. Y el chiborra presidiendo el “banquete” y siendo objeto de alguna que otra mofa o burla venidas a cuento o sin venir. Y esta es, en esencia, la tradición que recuerdo de nuestro pueblo hacia los años 60-70, para celebrar el Carnaval. Y todo al abrigo y al cobijo de las casas y de la impresionante mole de nuestra Iglesia y su esbelta torre.
Pero los más pequeños, los chavales del pueblo, teníamos también nuestro Carnaval particular, que os contaré a continuación y con alguna que otra anécdota bastante graciosa en alguno de los años.