Saludo a la Primavera.
De pronto, estos días parece haber estallado la primavera en toda regla por estos lares y Velillas huele a rosas en sus calles, que dejan escapar su aroma fresco y nuevo al exterior desde los cuidados y mimados jardines de muchas de sus casas.
Y en los cercados de los alrededores los primeros árboles en flor parecen anunciarnos a toda prisa la recuperación de la vida a borbotones, tras los fríos y apáticos días del invierno, donde la existencia se mantuvo bajo mínimos.
En las eras próximas al pueblo, multitudes de margaritas pueblan la hierba proporcionándole al verde un colorido único y alegre por demás, que destaca sobre su monotonía cromática que le acompaña durante el resto del año.
Es, por ello, tiempo de grandes paseos por sus campos en flor para disfrutar de lo que la madre naturaleza nos legó por estas tierras; y de deleitarse con los múltiples aromas que el verde campo nos proporcionará nada más asomarnos a su entorno.
Es lo que tiene la primavera por estos lares. ¡Bienvenida sea, pues!.
De pronto, estos días parece haber estallado la primavera en toda regla por estos lares y Velillas huele a rosas en sus calles, que dejan escapar su aroma fresco y nuevo al exterior desde los cuidados y mimados jardines de muchas de sus casas.
Y en los cercados de los alrededores los primeros árboles en flor parecen anunciarnos a toda prisa la recuperación de la vida a borbotones, tras los fríos y apáticos días del invierno, donde la existencia se mantuvo bajo mínimos.
En las eras próximas al pueblo, multitudes de margaritas pueblan la hierba proporcionándole al verde un colorido único y alegre por demás, que destaca sobre su monotonía cromática que le acompaña durante el resto del año.
Es, por ello, tiempo de grandes paseos por sus campos en flor para disfrutar de lo que la madre naturaleza nos legó por estas tierras; y de deleitarse con los múltiples aromas que el verde campo nos proporcionará nada más asomarnos a su entorno.
Es lo que tiene la primavera por estos lares. ¡Bienvenida sea, pues!.
Fuimos por esas partes el año pasado visitando los lugares relacionados con la familia de mi esposo Emilio Herrero Cabeza. Sus antepasados venian de Palencia: Velillas del Duque (1600-1700), Villaproviano (1700-1800), Villamoronta donde nacio Simon Herrero Valiente en el 1811, casado con Prudencia Molaguero (de Villamol)