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VELILLAS DEL DUQUE: Ahora, cuando en los termómetros vemos que la temperatura...

Ahora, cuando en los termómetros vemos que la temperatura en los exteriores de nuestras casas bajan hasta -3 ó -4 grados, e incluso es posible que también algunos grados más en la escala; es muy probable que al hilo de ello nos vengan al recuerdo alguno de aquellos inviernos en el pueblo, cuando entonces sí que nevaba con contundencia en nuestra tierra; y donde también el frío se sentía con verdadera intensidad. ¡Aquéllos sí que eran inviernos crudos de verdad!, se podría decir a la luz de los acontecimientos de hoy en día.
Con la nieve y el frío como compañeros durante el día, situación que se agudizaba durante las horas de la noche, no resultaba extraño que en la mañana apareciesen grandes ristras de “chupiteles” –como allí los conocíamos- colgando de los tejados de las casas, y que los arroyos próximos al pueblo apareciesen con sus aguas heladas durante una temporada, día tras día, hasta alcanzar una capa de hielo muy considerable, sobre la que los chavales nos divertíamos resbalando sobre ella en carreras interminables y con la diversión asegurada, pendientes por momentos de algún inoportuno traspiés que diera con todo nuestro cuerpo en tierra, ante la carcajada generalizada del resto de amigos.
Y al día siguiente, a poco que la ocasión resultase propicia, nueva sesión de patinaje sobre hielo en plan casero y popular, aunque con alguna mayor seguridad ya en cuanto al equilibrio sobre la pista, lo que aumentaba el interés por insistir en la hazaña una y otra vez y con un recorrido más largo cada vez.
Y, entretanto, el invierno continuaba su camino