Llegaron un año más las Fiestas de Santiago de Velillas del Duque. Y lo van a hacer durante los próximos 24, 25 y 26 de mayo. Un reclamo, al olor de la fiesta, para que regresen al pueblo por unos días muchos de los que un día del pasado tuvieron que salir de él para forjarse un porvenir.
Un guiño al presente, a pesar de la clara ola de despoblación general, y que afecta de manera particular a estas pequeñas localidades que, con festividades como éstas, luchan aún por sobrevivir y demostrarse a sí mismos que existen y que son capaces de, con escasos medios económicos, preparar todavía un Programa de Fiestas variado y atractivo.
Así, podemos encontrar, desde la típica y animada “pancetada” del viernes 24, seguida de una competición de juegos de mesa, a la solemne misa en honor del Patrón, amenizada por una afamada Coral, el sábado 25, con juegos infantiles y otros para mayores, seguidos del típico campeonato local de bolos; sin que falten los lanzamientos de cohetes anunciadores de la fiesta y la música de ambiente que permitirá unos cuantos bailables.
Y por encima de todo, la cercanía y la vecindad entre todos, la diversión en la calle, la conversación amena y distendida, el recuerdo a flor de piel y el deseo de que la cita se repita el año próximo. Que así sea.
Un guiño al presente, a pesar de la clara ola de despoblación general, y que afecta de manera particular a estas pequeñas localidades que, con festividades como éstas, luchan aún por sobrevivir y demostrarse a sí mismos que existen y que son capaces de, con escasos medios económicos, preparar todavía un Programa de Fiestas variado y atractivo.
Así, podemos encontrar, desde la típica y animada “pancetada” del viernes 24, seguida de una competición de juegos de mesa, a la solemne misa en honor del Patrón, amenizada por una afamada Coral, el sábado 25, con juegos infantiles y otros para mayores, seguidos del típico campeonato local de bolos; sin que falten los lanzamientos de cohetes anunciadores de la fiesta y la música de ambiente que permitirá unos cuantos bailables.
Y por encima de todo, la cercanía y la vecindad entre todos, la diversión en la calle, la conversación amena y distendida, el recuerdo a flor de piel y el deseo de que la cita se repita el año próximo. Que así sea.