Según los eruditos, se trata de la
iglesia más original de todo el
arte visigodo que persiste. Tiene además un «acta de nacimiento» original, escrita en
piedra y perpetuada sobre el
arco triunfal del
edificio, con una torpe escritura toda en mayúsculas. Dicho texto se conserva también en un códice del siglo X, copiado de un manuscrito toledano del siglo VII.