“El hombre verdaderamente libre es aquel que no es esclavo de su vida; que vive con serenidad, cuando le toca vivir, y sabe morir cuando le corresponde. Sólo el que esté por encima de la vida y de la muerte es verdaderamente libre.
El mundo distingue entre terroristas y soldados únicamente por el uniforme y los cargos oficiales; vosotros no seréis tan simples: todos los que se opongan a vosotros, yo los declaro terroristas y los condeno a muerte. Que nadie se escude en la duda: en caso de duda, matadlos a todos: sólo los suyos reconocen a los suyos.
Os dicen: la eutanasia es inmoral; pero yo os digo: ¿qué tipo de personas sois vosotros, que no soportáis ver sufrir a un animal doméstico y abreviáis sus sufrimientos, y, en cambio, veis sufrir sin esperanza a un semejante? ¿Vale para vosotros más un perro que vuestros semejantes? Si un enfermo sin esperanza quiere asumir su dolor, dejadle que lo haga; pero, si se niega a sufrir, ayudadle a terminar con su sufrimiento. Si el mundo no se pliega a vuestras leyes, acabad con el mundo.
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