“El camino hacia la felicidad será largo y difícil; que nadie os engañe y os enseñe a mirar hacia los cielos esperando que baje de allí. Nadie puede ser verdaderamente feliz hasta que aquellos que están a su lado sean verdaderamente libres y felices. Por tanto, no os sintáis ajenos al destino del resto de la raza humana: su destino es también vuestro destino.
Si sois pobres y sometidos, os despreciarán; si llegáis a ser poderosos y fieles a mis enseñanzas, intentarán acabar con vosotros; por eso, estad seguros, vuestra lucha no terminará hasta que acabéis con el último de los enemigos del hombre. ¿Y quién es este último enemigo? El que aspira a distinguirse de los demás no por el desarrollo de sus cualidades, sino por ejercicio del poder y la posesión de bienes en número superior al de sus semejantes; el que incluso, llevado de su vano orgullo, aspira a ser superior hasta en la muerte y se construye vanos monumentos, como si sus restos putrefactos poseyeran una dignidad mayor que los de aquellos que han vivido del trabajo de sus manos.
Si sois pobres y sometidos, os despreciarán; si llegáis a ser poderosos y fieles a mis enseñanzas, intentarán acabar con vosotros; por eso, estad seguros, vuestra lucha no terminará hasta que acabéis con el último de los enemigos del hombre. ¿Y quién es este último enemigo? El que aspira a distinguirse de los demás no por el desarrollo de sus cualidades, sino por ejercicio del poder y la posesión de bienes en número superior al de sus semejantes; el que incluso, llevado de su vano orgullo, aspira a ser superior hasta en la muerte y se construye vanos monumentos, como si sus restos putrefactos poseyeran una dignidad mayor que los de aquellos que han vivido del trabajo de sus manos.