Este friso está dedicado a la Asunción de la
Virgen Blanca, flanqueada por figuras relacionadas con la Anunciación y la Adoración de los Reyes Magos. La imagen mariana que centra este segundo friso aparece pisando al
dragón, según tipología que se repite en el interior. Todo el conjunto recoge fielmente los elementos iconográficos tomados del Apocalipsis de
San Juan. Las escenas no están completas, sino fragmentadas en
parque, quizá debido a la reforma de esta parte de la
iglesia en el siglo XIV con motivo de la construcción de la
Capilla de Santiago.