VILLAMORONTA: El mejor torero palentino de la historia, Marcos de...

ah! Tambien va a haber una expòsicion sobre el torero Marcos de Celis pero se me olvido ponerlo.
Respecto a vuestro apoyo muchas gracias, x gente como vosotros (y por nosotros jeje) estamos dispuestos a tirar para adelante aunq nos pongan trabas por todas partes! jejeje seguro que hace buen tiempo para poder disfrutar de todo!

El mejor torero palentino de la historia, Marcos de Celis Salvador, nació el 23 de Marzo de 1932. Su carrera taurina comienza en 1952 en Herrera de Pisuerga, donde sale de sobresaliente en un mano a mano entre Pedrés y Juan Montero. Ya en 1955 torea por toda España en 56 novilladas, causando auténtica sensación en Barcelona.
El 18 de Marzo de 1956 toma la alternativa en Valencia, al cederle Julio Aparicio el toro “Espartero” en presencia de Antonio Ordóñez, y la confirma el 29 de Abril en Madrid, toreando 30 corridas durante el año. Su trayectoria continuó durante los tres años siguientes, sin llegar, por diferentes causas, a triunfar plenamente como en principio prometía. Toreó varias veces en Madrid (fuera de San Isidro) y su mayor éxito allí fue el del 12 de Abril de 1959, en que salió por la puerta grande.
En 1961 abandona los ruedos y emigra a Bélgica para trabajar en una mina durante dos años. A su regreso, vuelve a torear, triunfando en su reaparición en San Sebastián de los Reyes, el 1 de Mayo de 1964, pero torea ya sólo esporádicamente, alguna vez en Madrid, como aquella tarde en Las Ventas (3-4-67), en que se montó un gran escándalo (injustificado), por iniciar la faena de muleta con la montera calada hasta las cejas. Su última corrida fue en Palencia (donde había auténtica devoción, casi pasión, por el torero) en Septiembre de 1972.

“... Artista siempre –con la verónica fue un auténtico privilegiado– e incluso dotado con una pinturería natural que no reflejaba en absoluto el carácter mesetario de su Palencia natal. Marcos de Celis fue un torero que gracias a su carismática personalidad rompió los tópicos que marca el terruño, pues el palentino, perfectamente podía pasar por andaluz, ya que tenía mucho pellizco; por valenciano, gracias a esa alegría y vitalidad que imprime el sol en las costas mediterráneas de las que hacía gala en muchas ocasiones y lógicamente por castellano, por la sobriedad. Fue, ya digo, un torero distinto, que aparecía y desaparecía con la misma facilidad con la que tenía a todos los taurinos en vilo, pues Marcos fue una extraña y larga promesa al que todos auguraban un puesto de privilegio
“A nadie le fue más difícil ser torero que al castellano Marcos de Celis, natural de Villamoronta, plena Tierra de Campos, junto al cuérnago que desemboca a los álamos del río Carrión. Porque en su interior –era tan íntegro su interior- moraba la duda. Creía en el ser humano, reconociendo los decálogos, y en la independencia. Su razonar, filosófico, de tan puro, era una pura abjuración. Debió nacer, para su bien, veintitantos siglos atrás, y entonces se hubiese cuajado, perfectamente, como un taurino cretense.”