¡uuuuhhhyyyyy! ¡madre del amor hermoso que
helada!, todo blanco,... vale... no tanto como en la
foto, cuando he abierto el ojo y he levantado la persiana, ¡puñetas! está todo blanco, de la helada, las laderas preciosas, si hubiera tenído valor, me hubiera armado con mi cámara y ¡ala al
monte!, pero no, no me apetecía salir con esa helada y por muy buenas
fotos que se pueden hacer con ese
paisaje, me ha podido el amor a mi cocina, a mi desayuno y ¡anda la cocina aún encendida!, tronco dentro y ver
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