Hola Luciana, me hizo gracia que pusiste que había venido un poco mimosa, ya sabes lo que es ir a ver a "mamá", y más cuándo está como la mía, (enferma) siempre cuesta un poco cambiar el "chip" para que una situación y lugar no interfiera en mi vida cotidiana con mi marido, aunque tengo bastante claro que aquello es aquello, y mi casa es mi casa, e intento no mezlar sentimientos para poder disfrutar de la vida y sus alegres momentos, que los tiene, ¡bueno ya basta de melancolía, y empecemos a disfrutar del otoño y sus colores y empecemos a buscar rincones en el campo que merezcan la pena ir a disfrutarlos,
Un beso, I.
Un beso, I.
Te comprendo mucho más de lo que piensas, no bajo todas las semanas para ver a la mía... pero cada vez que voy, la dejo allí.. vengo a casa que me cuesta ponerme a mis cosas, pero hay veces que entre todas las soluciones... hay que escoger, ya no importa si fuese así.. si hubiera.. podía, tenemos que " amansar ánimos" y seguir. Un abrazo valiente, y no son melancolías o eso pienso, es parte de la vida.