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Estremecióse España
Del indigno rumor que cerca oía,
Y al grande impulso de su justa saña
Rompió el volcán que en su interior hervía.
Sus déspotas antiguos
Consternados y pálidos se esconden;
Resuena el eco de venganza en torno,
Y del Tajo las márgenes responden:
« ¡Venganza!» ¿Dónde están, sagrado río,
Los colosos de oprobio y de vergüenza
Que nuestro bien en su insolencia ahogaban?
Su gloria fue, nuestro esplendor comienza;
Y tú, orgulloso y fiero,
Viendo que aun hay Castilla y castellanos,
Precipitas al mar tus rubias ondas,
Diciendo: «Ya acabaron los tiranos.» Manuel José Quintana (1772–1857)
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¡Ya, Ya me gustaría a mi que los tiranos-lame...-chorizos y demás desapareciesen!, lo mismo y en nuestra incultura encontramos el camino - el que vale que lo demuestre y el que no, que se aparte. un saludo
Del indigno rumor que cerca oía,
Y al grande impulso de su justa saña
Rompió el volcán que en su interior hervía.
Sus déspotas antiguos
Consternados y pálidos se esconden;
Resuena el eco de venganza en torno,
Y del Tajo las márgenes responden:
« ¡Venganza!» ¿Dónde están, sagrado río,
Los colosos de oprobio y de vergüenza
Que nuestro bien en su insolencia ahogaban?
Su gloria fue, nuestro esplendor comienza;
Y tú, orgulloso y fiero,
Viendo que aun hay Castilla y castellanos,
Precipitas al mar tus rubias ondas,
Diciendo: «Ya acabaron los tiranos.» Manuel José Quintana (1772–1857)
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¡Ya, Ya me gustaría a mi que los tiranos-lame...-chorizos y demás desapareciesen!, lo mismo y en nuestra incultura encontramos el camino - el que vale que lo demuestre y el que no, que se aparte. un saludo