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VILLAOLIVA: Erase una vez una rana, gorda, hermosa y orgullosa,...

Erase una vez una rana, gorda, hermosa y orgullosa, dueña por entero del estanque, no dejaba acercarse a nadie sin su exclusivo permiso, no dejaba respirar, saludar, beber, ni mirar, solo cuando ella lo permitía, hasta que un buen día apareció la cigüeña del pueblo y ¡zas! se la zampó, y no solo a ella sino a todos los demás habitantes de la charca, estaba realmente cansada de oír quejas y tonterías, ¡bendito silencio se dijo la cigüeña! y lo que me ha costado comerme a tanto bicho charlatán, y es que yo aquí donde me ves... ¡soy vegetariana!
moraleja: nunca te fíes de lo que ves, depende de las gafas que lleves puestas.
un saludo.
Y como ha sido escrito en un ¡fus! así ha salido el cuento.