Destaca la ambilidad y buena acogida de sus habitantes. Particularmente en
verano podrá disfrutar del descanso, lejos de los ruidos y contamianción de la gran ciudad, del
colorido y belleza del
paisaje castellano, y saboreará el placer de la tertulia que no conoce las prisas y no exige más ciencia que la que proporciona el sentido común y el buen humor.