¿tienes una pastelerĂ­a?

VILLARRAMIEL: Creo que hay varias cosas que se juntan y que hacen...

Creo que hay varias cosas que se juntan y que hacen que estos San Bartolos actuales no sean como los de antaño. Lo primero, como bien dijo alguien antes, es que en casi todos los sitios de España las fiestas han decaído, con honrosas excepciones (o es que yo soy más viejo, me divierto menos y percibo una impresión errónea). Otro echa culpa al euro, y no le falta razón, el incremento de los precios en los últimos años ha sido brutal. Es mejor ganar menos cantidad pero en muchas ocasiones, que mucha cantidad y solo dar dos carreteras de circunvalación en una tarde. Los dueños de los bares deberían entenderlo así. Está claro que están para ganar dinero, pero si alejas a la clientela con los precios, no ganas nada.También el carnet por puntos hará daño a las fiestas de cualquier sitio, pero bienvenido sea si evita daños mayores.
Ahora las peñas se retiran, muchas de ellas, a cenar a sus locales, lo que hace que durante una hora, hora y media, el pueblo se quede sin los que dan el ambiente, y muchos forasteros optan por irse, al no ver jaleo. También el español en general y el pellejero en particular, se ha hecho más señorito, y nosotros y los que acuden a nuestras fiestas, más selectivos. Ya nadie quiere la tradicional limonada, y casi nadie o nadie la tiene en sus peñas. Antaño la gente visitaba las peñas y se conformaba con un vaso de limonada, un poco de baile y unas risas. Ahora no, ahora tiene que ser una cerveza o un cubata, y eso sale muy caro. También hay más fiestas en otros pueblos, y la gente se reparte más.
Pero aún con todo eso en contra, podemos hacer que nuestras fiestas vuelvan a ser lo que eran. Pongamos un poco de nuestra parte, seamos agradables con los forasteros, permanezcamos más tiempo por el Corro dando ambiente después del encierro, no cerremos nuestras puertas a nadie. Paseemos a las orquestas por el pueblo (quienes la tengan), por los bares, por las calles. Volvamos al espíritu de hace décadas. Y de madrugada a la Ría, un bañito y a seguir. Volvamos a aquellos San Bartolos que eran la envidia de toda la comarca, de toda la provincia, de toda España.
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