Ya han pasado las fiestas de verano, la Virgen, San Roque y San Bartolo. Recuerdo con especial cariño aquellas hogueras de San Rooque, con todos los trastos viejos y las "jaulas" de madera de mi tio Vicente que tanto reclamaba la chiquilleria; los nervios por el momento próximo del encendido, la ilusión de saltar de los muchachos y los gritos de las madres. No serían les Fogueres de Sant Joan, pero era alegre, divertida su preparación y sobre todo, nuestra fiesta.
Espero se siga celebrando.
Espero se siga celebrando.