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Interior del templo parroquial de Ntra Sra. De las Candelas.
Quienes tenemos algunos años recordamos el interior que presentaba antes de la modernización postconciliar que nos muestra esta foto: paredes blancas, piso de piedras grandes, reclinatorios personales muy variados y adelante esas velas de distintos tamaños y grosores, chorreando cera por todo su alrededor.
Al entrar al templo nos enfrentábamos con una cruz negra colgada en la pared, con cuatro palabras muy serias en cada extremo, recuerdo de alguna Santa Misión: muerte, juicio, infierno y gloria (¡qué miedo!).
Y echando nuestra mirada hacia adelante, veíamos un altar pegado al retablo, desde el cual, cuando el sacerdote se daba vuelta dirigiéndonos algunas palabras en latín durante la santa misa, tenía la mejor vista de lo que pasaba en el coro bien poblado, (gente joven y alegre en su mayoría. A él se asciende por una escalera de madera, ubicada a un costado del corillo, lugar donde se ubicaban el señor alcalde y los hombres mayores y más serios del pueblo.
En la cuaresma, como los santos estaban tapados con unas telas moradas, los teníamos que imaginar, y cuando éstas caían el día de Pascua, observábamos que todos ellos estaban quietitos en su lugar, ninguno se había ido, a pesar del ruido que habíamos hecho con las matracas y tarranchas en el “oficio de las tinieblas” o las esquilas y campanas que sonaban con más fuerza para anunciar la Resurrección del Señor..
En navidad, el pesebre no pasaba desapercibido lleno de figuras, algunas muy tiernas, reiteradamente visitado por los niños para ver cuándo aparecían los Reyes Magos, casi empujándoles para que llegasen pronto al portal de Belén, porque también ellos querían recibir los regalos por ser chicos buenos.
Con el tiempo, hasta los Reyes Magos se han modernizado, llegándose en auto hasta la escuela en una primera visita y luego a algunas casas personalmente. Cuentan que algún año hasta venían acompañados de Papá Noel.
Ahora con juguetes más sofisticados, ¿los niños tendrán más ilusión y disfrutarán más que los niños de antes?
Te. L Tinín.
Quienes tenemos algunos años recordamos el interior que presentaba antes de la modernización postconciliar que nos muestra esta foto: paredes blancas, piso de piedras grandes, reclinatorios personales muy variados y adelante esas velas de distintos tamaños y grosores, chorreando cera por todo su alrededor.
Al entrar al templo nos enfrentábamos con una cruz negra colgada en la pared, con cuatro palabras muy serias en cada extremo, recuerdo de alguna Santa Misión: muerte, juicio, infierno y gloria (¡qué miedo!).
Y echando nuestra mirada hacia adelante, veíamos un altar pegado al retablo, desde el cual, cuando el sacerdote se daba vuelta dirigiéndonos algunas palabras en latín durante la santa misa, tenía la mejor vista de lo que pasaba en el coro bien poblado, (gente joven y alegre en su mayoría. A él se asciende por una escalera de madera, ubicada a un costado del corillo, lugar donde se ubicaban el señor alcalde y los hombres mayores y más serios del pueblo.
En la cuaresma, como los santos estaban tapados con unas telas moradas, los teníamos que imaginar, y cuando éstas caían el día de Pascua, observábamos que todos ellos estaban quietitos en su lugar, ninguno se había ido, a pesar del ruido que habíamos hecho con las matracas y tarranchas en el “oficio de las tinieblas” o las esquilas y campanas que sonaban con más fuerza para anunciar la Resurrección del Señor..
En navidad, el pesebre no pasaba desapercibido lleno de figuras, algunas muy tiernas, reiteradamente visitado por los niños para ver cuándo aparecían los Reyes Magos, casi empujándoles para que llegasen pronto al portal de Belén, porque también ellos querían recibir los regalos por ser chicos buenos.
Con el tiempo, hasta los Reyes Magos se han modernizado, llegándose en auto hasta la escuela en una primera visita y luego a algunas casas personalmente. Cuentan que algún año hasta venían acompañados de Papá Noel.
Ahora con juguetes más sofisticados, ¿los niños tendrán más ilusión y disfrutarán más que los niños de antes?
Te. L Tinín.