"... Hacía ya mucho tiempo
que La Cabra no berraba,
ya ha vuelto a berrar
en la Fuente de La Majada ".
"Estos versos son una mínima parte de las múltiples estrofas que se llegaron a componer sobre este espíritu, animal, ser diabólico, misterio satánico, o lo que fuera. No afectó solamente a Ayuela sino a todos los pueblos de alrededor. Gentes del contorno oían de vez en cuando ciertos ruidos lastimeros, extraños a todo lo conocido, que llegaron a preocupar a todos. Unos creyeron escuchar ruidos fantasmales, otros, gritos satánicos. Todos pensaron en un momento dado que se trataba de un misterio o aviso apocalíptico. Se le achacaban todo tipo de fechorías que sucedían por estos lugares. Alguno aprovechaba esto mismo para hacérselas al vecino. Mucha gente se desplazaba a La Majada para poder verlo. Sólo, y los más afortunados, llegaron a oírlo y escucharlo. La expresión más repetida fue: "Es Una Cosa del Otro Mundo". Con el paso del tiempo, algunos empezaron a decir que no era más que un pájaro, que aliado con el silencio de la noche y con la superstición popular logró producir todo este engaño. Pero para otros sigue siendo un misterio sin desvelar."
(Texto tomado de la expléndida página web de Casagimeno. Ayuela)
A Carbonera le cayó este "sambenito", y el ingenio popular fomentó la redacción de diversas "coplas" dedicadas a recrear estos sucesos, en ocasiones con cierta crueldad.
Según parece fué un fenómeno que afectó a un extenso territorio de la comarca.
A los efectos "extraordinarios" relatados en la cita anterior, habría que añadir otros más frugales como la rotura de vajillas (se caían de las estanterías), o soltarse los animales de sus amarres (quizás asustados por el suceso).
Nos da que pensar todo ésto, en la posibilidad de tratarse de efectos de las aguas termales, aquí extinguidas, como en tantos otros lugares; no había ciudad romana que se preciara sin sus "termas".
Parece ser que la temperatura de la corteza terrestre aumenta unos 3º cada 100 metros de profundidad, y que en algunas zonas concretas existe fricción o rozamiento entre distintas capas terrestres que provocan aumento de la temperatura. Cualquiera de estos dos fenómenos naturales puede ser el origen de nuestro suceso; si el calor se transmite a las bolsas de agua subterránea se puede llegar a producir incluso vapor de agua, que al aumentar la presión tenderá a salir con cierta violencia hacia el exterior. Una vez aliviada la presión, y por enfriamiento de las capas, el fenómeno se detiene, volviendo a recuperar el calor y la presión, progresivamente, en un fenómeno cíclico de cadencia "indeterminada" (desde unos pocos minutos hasta varios días). Cuando se produce la salida de vapor al exterior, en mayor o menor cantidad, (aquí no sabemos que hubiera emisiones significativas de vapor, incluso el flujo puede llegar frío a la superficie) puede ocurrir de forma violenta provocando ligeros "temblores de tierra" (rotura de los platos, etc), o bien de forma más suave a traves de los conductos de las profundidades, pudiendo producir efectos "sonoros" diversos.
Este fenómeno es el origen de los "geyseres", y pensamos que también es la causa natural de la surgencia intermitente de la Mágica Fuente de los Tamáricos ("La Reana", Velilla del Río Carrión).
Para los antiguos pobladores de estas tierras, ésto debió ser un suceso frecuente, dejando constancia de ello en la toponímia de parajes próximos: "Fuente de Calores", "Los Infiernos", "Quemaondo".
Incluso la etimología de "Tabanera", (raíz "tabainh"), población próxima, podría tener una referencia en estos fenómenos sonoros:"aullidos" (Diccionario McBains de Idioma Gaélico).
que La Cabra no berraba,
ya ha vuelto a berrar
en la Fuente de La Majada ".
"Estos versos son una mínima parte de las múltiples estrofas que se llegaron a componer sobre este espíritu, animal, ser diabólico, misterio satánico, o lo que fuera. No afectó solamente a Ayuela sino a todos los pueblos de alrededor. Gentes del contorno oían de vez en cuando ciertos ruidos lastimeros, extraños a todo lo conocido, que llegaron a preocupar a todos. Unos creyeron escuchar ruidos fantasmales, otros, gritos satánicos. Todos pensaron en un momento dado que se trataba de un misterio o aviso apocalíptico. Se le achacaban todo tipo de fechorías que sucedían por estos lugares. Alguno aprovechaba esto mismo para hacérselas al vecino. Mucha gente se desplazaba a La Majada para poder verlo. Sólo, y los más afortunados, llegaron a oírlo y escucharlo. La expresión más repetida fue: "Es Una Cosa del Otro Mundo". Con el paso del tiempo, algunos empezaron a decir que no era más que un pájaro, que aliado con el silencio de la noche y con la superstición popular logró producir todo este engaño. Pero para otros sigue siendo un misterio sin desvelar."
(Texto tomado de la expléndida página web de Casagimeno. Ayuela)
A Carbonera le cayó este "sambenito", y el ingenio popular fomentó la redacción de diversas "coplas" dedicadas a recrear estos sucesos, en ocasiones con cierta crueldad.
Según parece fué un fenómeno que afectó a un extenso territorio de la comarca.
A los efectos "extraordinarios" relatados en la cita anterior, habría que añadir otros más frugales como la rotura de vajillas (se caían de las estanterías), o soltarse los animales de sus amarres (quizás asustados por el suceso).
Nos da que pensar todo ésto, en la posibilidad de tratarse de efectos de las aguas termales, aquí extinguidas, como en tantos otros lugares; no había ciudad romana que se preciara sin sus "termas".
Parece ser que la temperatura de la corteza terrestre aumenta unos 3º cada 100 metros de profundidad, y que en algunas zonas concretas existe fricción o rozamiento entre distintas capas terrestres que provocan aumento de la temperatura. Cualquiera de estos dos fenómenos naturales puede ser el origen de nuestro suceso; si el calor se transmite a las bolsas de agua subterránea se puede llegar a producir incluso vapor de agua, que al aumentar la presión tenderá a salir con cierta violencia hacia el exterior. Una vez aliviada la presión, y por enfriamiento de las capas, el fenómeno se detiene, volviendo a recuperar el calor y la presión, progresivamente, en un fenómeno cíclico de cadencia "indeterminada" (desde unos pocos minutos hasta varios días). Cuando se produce la salida de vapor al exterior, en mayor o menor cantidad, (aquí no sabemos que hubiera emisiones significativas de vapor, incluso el flujo puede llegar frío a la superficie) puede ocurrir de forma violenta provocando ligeros "temblores de tierra" (rotura de los platos, etc), o bien de forma más suave a traves de los conductos de las profundidades, pudiendo producir efectos "sonoros" diversos.
Este fenómeno es el origen de los "geyseres", y pensamos que también es la causa natural de la surgencia intermitente de la Mágica Fuente de los Tamáricos ("La Reana", Velilla del Río Carrión).
Para los antiguos pobladores de estas tierras, ésto debió ser un suceso frecuente, dejando constancia de ello en la toponímia de parajes próximos: "Fuente de Calores", "Los Infiernos", "Quemaondo".
Incluso la etimología de "Tabanera", (raíz "tabainh"), población próxima, podría tener una referencia en estos fenómenos sonoros:"aullidos" (Diccionario McBains de Idioma Gaélico).