- Desde la repoblación del siglo IX, dice Julio González, sobre un conjunto de
comarcas sobresalía Saldaña como núcleo principal de unidad, gracias a su posición geográfica y también a la presencia del conde, que estaba al frente de la demarcación. El nombramiento de merino por el Rey reforzó la unidad territorial, si bien, por otra parte, el monarca fue apartando muchos lugares a favor de los señores o de los monasterios. Mucho antes de la protesta comunera de Castilla, las tierras de la Merindad de Saldaña estaban fraccionadas, y, en consecuencia, con muy escasa fuerza. Solo la villa y sus veinticinco lugares
quedaban con cierta cohesión y solo para poco más que mantener un régimen de pastos y la romería del Valle.
- La despoblación de algunos núcleos rurales, nacidos en la repoblación, anota Julio González, se produjo por causas económicas, no bélicos, no conociéndose ni una sola aldea que muriese por acometida de los moros. Hay que tener en cuenta que las batallas libradas durante la Reconquista lo eran en lugares cada vez más alejados, hacia el Sur del territorio saldañés. Señala este historiador que “el hundimiento se produjo en varias épocas, destacando como catastrófica la del Siglo XVI, desde sus comienzos en que se acusó el agotamiento de los últimos días de Felipe II, rematados por la muy terrible epidemia de 1598”. Algunos desaparecieron antes, en época desconocida, como Goronace, con vida en 1080, y que se corresponde con la villa de Gormaz, cerca de Villapún. O el de Tejar, junto al río Carrión, que acaso se hallase cerca de Velillas del Duque. En este lugar Ordoño II de León probablemente apresó a los condes
castellanos después de la batalla de Valdejunquera (920). Todavía existía en el siglo XII, cuando la Reina Doña Urraca lo donó a la Orden de Fontevraul, junto con los lugares de Ablunes y Moslares. Aun estaba poblado en 1217
- Dice Julio González “que probablemente el noble comisionado por el monarca asturiano para dirigir la repoblación y el primer gobierno de la tierra de Saldaña pertenecía a la familia que aparece al frente de tal condado en la primera mitad del Siglo X. Los primeros documentos en que interviene se relacionan con la Liébana. Pudo ser un Foila o Fuela, padre de Munio. Este últim, o en 915, junto con su hijo Diego Muñoz hizo donaciones a los monasterios lebaniegos”. El primer Gómez fue coetánea de Alfonso III, y pudo ser el encargado de organizar la repoblación, y el primer gobernador del territorio aún cuando no tuviera la dignidad condal. El propio Julio González afirma que desde la repoblación de San Román y Saldaña la residencia se puede apreciar en San Román de Entrepeñas, donde había palacio, castillo y monasterio, pero acaso se moviese más en Saldaña por razones de la política y de la guerra.
- Julio González, fijándose en que los límites de los condados, al Norte, están bien definidos, afirma que esto hace que casi siempre haya existido un solo conde para los territorios de Liébana, San Román de Entrepeñas, Saldaña y Carrión. Por eso hay que buscar en la montaña el tronco de la familia condal saldañesa. Refiere como Diego Muñoz se documenta como conde de Liébana y Saldaña, al menos desde el 932 hasta el 966.
Saldaña, la villa y su tierra solariega.- José María 12 Caballero González
comarcas sobresalía Saldaña como núcleo principal de unidad, gracias a su posición geográfica y también a la presencia del conde, que estaba al frente de la demarcación. El nombramiento de merino por el Rey reforzó la unidad territorial, si bien, por otra parte, el monarca fue apartando muchos lugares a favor de los señores o de los monasterios. Mucho antes de la protesta comunera de Castilla, las tierras de la Merindad de Saldaña estaban fraccionadas, y, en consecuencia, con muy escasa fuerza. Solo la villa y sus veinticinco lugares
quedaban con cierta cohesión y solo para poco más que mantener un régimen de pastos y la romería del Valle.
- La despoblación de algunos núcleos rurales, nacidos en la repoblación, anota Julio González, se produjo por causas económicas, no bélicos, no conociéndose ni una sola aldea que muriese por acometida de los moros. Hay que tener en cuenta que las batallas libradas durante la Reconquista lo eran en lugares cada vez más alejados, hacia el Sur del territorio saldañés. Señala este historiador que “el hundimiento se produjo en varias épocas, destacando como catastrófica la del Siglo XVI, desde sus comienzos en que se acusó el agotamiento de los últimos días de Felipe II, rematados por la muy terrible epidemia de 1598”. Algunos desaparecieron antes, en época desconocida, como Goronace, con vida en 1080, y que se corresponde con la villa de Gormaz, cerca de Villapún. O el de Tejar, junto al río Carrión, que acaso se hallase cerca de Velillas del Duque. En este lugar Ordoño II de León probablemente apresó a los condes
castellanos después de la batalla de Valdejunquera (920). Todavía existía en el siglo XII, cuando la Reina Doña Urraca lo donó a la Orden de Fontevraul, junto con los lugares de Ablunes y Moslares. Aun estaba poblado en 1217
- Dice Julio González “que probablemente el noble comisionado por el monarca asturiano para dirigir la repoblación y el primer gobierno de la tierra de Saldaña pertenecía a la familia que aparece al frente de tal condado en la primera mitad del Siglo X. Los primeros documentos en que interviene se relacionan con la Liébana. Pudo ser un Foila o Fuela, padre de Munio. Este últim, o en 915, junto con su hijo Diego Muñoz hizo donaciones a los monasterios lebaniegos”. El primer Gómez fue coetánea de Alfonso III, y pudo ser el encargado de organizar la repoblación, y el primer gobernador del territorio aún cuando no tuviera la dignidad condal. El propio Julio González afirma que desde la repoblación de San Román y Saldaña la residencia se puede apreciar en San Román de Entrepeñas, donde había palacio, castillo y monasterio, pero acaso se moviese más en Saldaña por razones de la política y de la guerra.
- Julio González, fijándose en que los límites de los condados, al Norte, están bien definidos, afirma que esto hace que casi siempre haya existido un solo conde para los territorios de Liébana, San Román de Entrepeñas, Saldaña y Carrión. Por eso hay que buscar en la montaña el tronco de la familia condal saldañesa. Refiere como Diego Muñoz se documenta como conde de Liébana y Saldaña, al menos desde el 932 hasta el 966.
Saldaña, la villa y su tierra solariega.- José María 12 Caballero González